Crónica fin de año (2020)
“Lo único que podemos aprender de la historia es que no aprendemos nada de la historia”
Lejos quedaron este año, las 52 salidas de las que pudimos disfrutar el pasado año que ahora termina. El 2020 ha marcado un antes y un después en nuestra manera de ciclar, de relacionarnos y en definitiva, de vivir tal y como estábamos acostumbrados.
El confinamiento, nos va a dejar no pocos recuerdos de esta maldita pandemia de la COVID-19 que venimos sufriendo y que va a causar tantísimos estragos de diversa índole en nuestra sociedad. Ojalá que cuando cerremos esta crónica en diciembre, podamos decir que esto ya es historia, pero nos tememos que el regreso a la "nueva normalidad" tendrá que construirse nuevamente sobre las ruinas de nuestras antiguas vidas que seguramente y a partir de ahora, van a ser diferentes. Todo esto forma parte de ese "cambio climático" que poco a poco se está produciendo a nivel planetario y del cual todavía algunos necios mortales se resisten a admitir. Sigamos por ese camino y más pronto que tarde iremos sufriendo las consecuencias.
Con la llegada del año nuevo y como de costumbre, buscamos ( al menos) tener las mismas sensaciones en el pedaleo que tuvimos el año anterior, eso significará que todo va bien y que nuestras piernas mantienen la fuerza y el tono muscular que a lo largo de estos 25 años que están a punto de cumplirse, hemos ido construyendo a base de dar pedales y de subir montañas a lo más estilo "biker", es decir, con la única ayuda de la fuerza motriz de nuestras piernas y el fuelle ganado a nuestros pulmones a base de rodar y rodar a lomo de auténticas bicicletas "vintage", es decir, burricas de 26" (máquinas a las que nosotros cariñosamente denominamos como de "hombre" o de "mujer·", eso sí, full equip, claro...), pero sin ayuda eléctrica como esas que se han puesto últimamente tan de moda, que sí..., las "i-Bikes" para los muuuuyyyyy mayores, novatillos, personas con sobrepeso o con una condición física precaria por diversos motivos tienen sentido, y para gustos colores, faltaría; máximo respeto, pero hacer mountain bike "a pilas" para los bikers de montaña de pura raza, no deja de ser en puro lenguaje biker, "una mariconada" (lo digo de forma jocosa, que nadie se ofenda eh, :) ) ya que reducir o al menos, no mejorar notablemente la condición física cuando hacemos bicicleta , puede resultar cuanto menos contraproducente. En fin, es nuestra opinión que es tan respetable como la del que opine todo lo contrario, pero críticas personales aparte ya se sabe, el "modelo de negocio" actual es el que es, pero al menos que no nos quieran "vender la moto" y más cuando lo que nos gusta es ir en bici.
Bien, vamos pues con nuestro resumen pedalístico de este 2020:
Enero
Pasados los sobresaltos familiares de final de año, el mes empezó como toca, es decir, con frío pero tranquilo en cuanto a los asuntos de salud familiar. Este año por diversos motivos, no subimos a Chiva a visitar a SS.MM., ya que ante su ausencia el año pasado y dado que rodamos en grupo ya la segunda semana del mes, decidimos no arriesgar a darnos la kilometrada para que bien por uno u otro motivo, volver a corroborar su ausencia. Ya veremos si el año próximo nos podemos enterar previamente si está previsto que vuelvan a coronar la cima o ya definitivamente, debemos abandonar la esperanza de que los gigantes monumentos de cartón piedra vuelvan a ser plantados como antaño.
Lo que si podemos asegurar es que al menos vimos “camellos”, ya que de regreso a la base y por una de nuestras zonas de paso habituales, nos topamos con un grupo de cuatro mamíferos artiodáctilos, a cuyos lomos paseaban tranquilos turistas guiados por “Paquito” el camellero guía. (¿nuevo negocio a la vista?)
Por lo demás, el mes transcurrió tranquilo, aunque debido a la lluvia, no pudimos ciclar el miércoles 22, por lo que se nos desbarató la primera “salida extra” y con ella, el “avituallamiento extraordinario” en Benaguacil tal y como teníamos previsto. Otro año será…
Febrero
Febrerico empezó con algunos almendros en flor y con una máxima de 25º, ( así es nada…) cosa que no es normal en estas latitudes o al menos no lo era, aunque cada año que pasa, los inviernos son más cálidos y el calor nos castiga durante más meses. ¿Quién decía que eso del cambio climático era una falacia?; el que así siga opinando, que compare gráficas de temperatura solamente de los últimos 10 años a esta parte y se dará cuenta que los humanos la estamos liando…, en fin, poco podemos hacer salvo quitarnos ropa y aguantar “el caloret” cuando todavía no toca. En cuanto al resto de las rodadas, se desarrollaron con esa “bendita normalidad” que tanto nos gusta y a la que le rendimos culto sábado tras sábado.
El mes empezó mal y continuó peor… . En la primera rodada
nos sorprendió el viento y sobre todo “el polen” en suspensión que parecía que
lo echaban “a capazos”; Luis las pasó
canutas con la alergia y el picor de ojos y nos vimos obligados a avituallarnos
en “el forat” a fin de alejarnos aunque solo fuese un poquito del “pinocentro”
y protegernos mínimamente del viento fuerte, aunque ciertamente nos valió de
poco, por lo que resultó un sufrimiento hasta llegar a la base y dar por
terminada la ruta.
La primavera se adelantaba definitivamente casi un mes y
aunque las mañanas son algo fresquitas, pasado el mediodía el sol avisa de que
va a pegar fuerte este verano, ya se verá.
Aunque las buenas sensaciones en las piernas y la
cháchara animada como toca cada sábado han estado presentes como es habitual, únicamente
tuvimos una oportunidad para hacerlos la foto del mes y menos mal que la
aprovechamos (aunque con cachondeito; quien nos iba a decir al que se nos venía
encima…) , el maldito “Coronavirus” y el “Estado de Alarma” nos obligó las
siguientes 10 semanas a permanecer en dique seco y solucionarlo en casita a
base de potrilla, es decir, con sesiones de spinning para que las piernas no
perdiesen tono muscular hasta que se levante la veda, cosa que está todavía por
ver y que pasado el sábado 21 tiene muy mala pinta. Esperemos que esta pandemia
pase pronto y que no nos traiga consecuencias más allá de un maldito recuerdo.
Abril
El mes transcurrió con la tónica del anterior pero
tirando a peor…, ya que no rodamos ni tan siquiera una vez, algo insólito que
ha roto todos nuestros records. Nunca en casi 25 años que llevamos pedaleando,
ninguno de los miembros de Roda i Pedal al unísono habían dejado de rodar
durante un período tan largo. Esta
pandemia nos va a dejar más de una cicatriz, esperemos que tan solo sea mental.
Por lo tanto continuamos todo el mes en dique seco a base de potrilla,
machacándonos con nuestro amigo “Nachete” que ya es como de la familia, y
después haciéndonos unas “video-tele-birras” para contarnos las novedades y
vernos las caras a través del ciberespacio pasado el medio día, no vaya a ser
que tanto sol nos vaya sentar mal… :). En fin, toca aguantar.
Mayo
Más de lo mismo. Continuamos con la misma marcha, es
decir, sin poder salir a fecha del primer sábado de mes. Nuestras expectativas
estaban puestas en la tercera semana, pero se retrasó hasta la cuarta del mes
en la que al haber pasado a “Fase 1”, ya pudimos ciclar, aunque eso sí, con las
limitaciones pertinentes claro. La primera salida desde el pasado 21 de marzo
fue casi como una contrarreloj, ida y vuelta a “la montañeta” rodando a más de 200 metros de
distancia y a todo trapo, todo para que
nos diese tiempo de llegar a destino y posteriormente a la base antes de las
10:00 A.M. tal como indicaba la normativa vigente.
Esto nos permitió al menos, reencontramos con las
sensaciones del pedaleo real, ( además de
con montones de grupos de bikers en la misma zona saltándose a la torera la
normativa y pasándose por el forro las normas establecidas de distanciamiento…)
con el aire puro y fresco del campo y sus aromas que nos reconfortaron tanto como
antaño. Toda una experiencia que esperamos poder ampliar en las próximas
semanas, si es que las autoridades competentes nos van abriendo los caminos que
nos conducen a nuestras queridas montañas habituales, pero todo sea dicho, al
menos esto ya es pedalear.
Como no, aprovechamos también la rodada para sacar a pasear a “la nikoleta” que esperaba paciente en su fundita y hacernos la foto del mes, a fin de inmortalizar un momento tan especial que esperamos no vuelva a producirse jamás, todo ello guardando las distancias como se puede ver en la imagen, claro. :)
Finalizamos este mes de cinco semanas con la misma ruta del Mirasol, y ya con la nueva normativa de poder rodar juntos aunque todavía manteniendo la franja horaria restringida, eso sí, para homenajear el mes y tan especial circunstancia, subimos y bajamos “la montañeta” varias veces, a fin de emular las sensaciones habituales de los sábados y a la espera de la esperada “Fase 2”, la misma que posiblemente nos permitirá volver a nuestro entorno habitual y a un horario más amplio, aunque nosotros de todos es sabido, respetamos la norma dermatológica por antonomasia de estar en la base a echarnos unas birritas fresquitas al gaznate "antes de las horas centrales del día”.
Junio
Y con la entrada del mes, por fin la “relativa normalidad”.
Fase 2 que ya permitía rodar en
grupo así como cambiar de población, siempre y cuando no estuviésemos entre las
10 y las 12 AM, (horario del paseo de los
mayores), rodando por zonas urbanas.
Volvimos a nuestras montañas con la alegría de volver a
sentir de pleno la naturaleza a nuestro paso, los olores a tierra labrada (y abonada y fumigada… ) y la especial
sensación de libertad de ver los viñedos ahora ya con hojas y con el incipiente
fruto que ya se observa en sus brotes, pasados casi los tres meses de sequía
pedalística. Finalmente han sido 10, las semanas sucesivas sin poder
rodar por nuestras montañas de siempre, pero por fin parece que ya vamos viendo
la luz, así que vamos a tratar de
disfrutar al máximo de la ruta de cada sábado.
Ahora bien, también dejamos atrás el tibio sol de la
primavera del que apenas hemos disfrutado este año, para reencontrarnos de
lleno con un Sol en toda regla que nos recordó que aunque nos hemos saltado una
estación, Lorenzo está ahí, ya casi en lo más alto y esperando para darnos
cañita brava. En fin, no queda otra que hidratarse y ponerse crema solar a gogó
y sobre todo, no pensar demasiado en el calor porque todavía es pronto, aunque
en este primer sábado de junio ya nos dejó algún que otro principio de surco (a unos más que a otros, claro…), será la
falta de costumbre.
El resto del mes fue un placentero deleite que nos
devolvió de pleno a la normalidad aunque tomando las precauciones de rigor (sin tocar y con las nuevas “mascarillas
deportivas” en la mochila por si acaso, claro…),
pero al menos, esta “nueva normalidad” nos permitió realizar nuestro deporte y
zamparnos unos bocatas del 8 en plena montaña, con su cervecita, su cafelito y
su ayahuasca como mandan los cánones.
Julio
El mes empezó fuerte en cuanto al calor se refiere, los “
días de las canículas” están a la
vuelta de la esquina y hay que mantenerse bien hidratado, aunque de momento el
calor no es excesivo. De cualquier forma el veranito se hizo notar y nos
calentó el lomo de lo lindo sobre todo al regreso de las rutas, aunque este año
con el nuevo horario que hemos reestrenado, al salir un poco más pronto (como cuando empezamos),y volver una hora
y pico antes tiene sus ventajas. (p.e.,
podemos beber más cerveza en el R.C. )
A estas alturas de año, ya se hace notar que la gente
tiene ganas de “playita”, (y más este
año…) porque los bikers han disminuido notablemente en comparación con el
primer mes tras el confinamiento. El remanso de paz al que acudimos
semanalmente está desierto, al menos los sábados, aunque por desgracia
observamos que los vándalos siguen haciendo de las suyas; han destrozado parte del vallado así como
algún que otro elemento del mobiliario que todavía quedaba en este precioso
lugar, en fin…, lástima no contar con un “ébolacoronavandalirus inmediatus”
para que le reventase la cabeza ipso facto a todo aquel que destroza por
destrozar y ensucia por ensuciar, dañando la naturaleza sin otro objetivo que hacer
el mal sin ningún sentido. Esos malditos salvajes hijos de .., bueno, no me
quiero calentar; así que hay que
respirar hondo y aguantar, es lo único que podemos hacer, además de adecentar
la zona semana tras semana de papeles y residuos de todo tipo que algunos
guarros que visitan la zona, dejan a su paso.
El mes también nos dio para sorpresitas, ya que algunos
se pasaron “de lavada” con la Karcher y tuvo sus consecuencias
inmediatas, en fin, nada que no puedan tapar unos buenos calcetines…, jajaja. “ Tu lávala, lávala con agua…” como
decía el petroleador de Quart, jajaja.
Agosto
Y llegó agosto y con él, más
calor, caminos resecos y polvorientos bajo un sol de justicia que nos obligó a
coger distancia en las bajadas por la nube de polvo que levantamos a nuestro
paso.
El primer fin de semana, marcamos
los 35,4º, aún regresando mucho antes del mediodía solar, pero el primer día de
volver con surco estaba servido, y el agarrotamiento en las piernas a final de
la ruta se hizo patente en las piernas de Salva, cuestión que nos obligó a
levantar un poco el pedal para llegar a la base “en reserva” y sin agua en la
camelback, pero pedaleando.
El mes de las vacaciones por
excelencia, nos trajo algún que otro involuntario descanso, primero Luis y su
semanita Navarra, y luego Salva and family al completo, por tierras catalano-aragonesas,(pero muy al sur, eso si…) circunstancia
que nos privó de alguna ruta en común y nos hizo rodar en solitario en semanas alternas,
aunque finalmente pudimos compensarlas en parte, con alguna salida de miércoles
en la que visitamos como de costumbre, a nuestras queridas “tortilleras” de
Benaguacil.
Septiembre
El mes lo empezamos con ganas, tal vez porque el pasado
agosto no rodamos lo que nos hubiese gustado y con mucho que contar, a tenor de
los viajes realizados, pero afortunadamente las montañas seguían ahí, aguardando
nuestra visita semanal, y este año con un nuevo verdor que hacía tiempo que no
observábamos, que sigan así.
Comenzamos con problemas mecánicos en la burrica de Luis,
que tuvo que desempolvar a la vieja Marta que aunque algo más incómoda, se
portó bien y fue una fiel sustituta mientras venía el amortiguador de Dafne. Y
es que los años no pasan en balde incluso para las burricas, que se van cargando
de kilómetros a medida que van pasando los años.
Sin más sorpresas,
(si nos olvidamos de “coquito” y
de “hojitos”, que casi nos revientan sendos almuerzos…) transcurrió el mes
plácidamente, aunque la segunda semana pudimos haberla liado, ya que de camino
hacia la cumbre, unos salvajes que bajaban “fent el áca” adelantándose e
invadiendo el carril de subida, nos sorprendieron en una curva y a puntito
estuvimos de tener un percance de los gordos, en fin…, afortunadamente todo
quedo en un susto, aunque deberemos aumentar la precaución en este tipo de
tramos, no queda otra.
El tiempo a estas alturas del año se portó bastante bien,
calor sin excesos y buena temperatura a la salida de la base durante las
primeras semanas, lo que nos permitió rodar con comodidad y a buen ritmo. En la
tercera semana rodamos lo que iba a ser la última del verano y el último sábado
se hizo notar, primera bajada notable de temperatura con fresquito mañanero de
16º a la espera de lo que nos depare el resto de equinoccio, esperemos que sea
benévolo y nos permita rodar con normalidad.
Octubre
El mes empezó con otra bajada notable de
temperatura, sobre todo debida al viento y al par de litros de lluvia de la
tarde del primer viernes, lo cual nos dejo los caminos menos polvorientos y con
agradables olores a montaña, obligándonos a ponernos la camiseta de manga larga
para rodar más cómodos, sobre todo en la salida de la base con poco más de 13º.
El resto de las salidas transcurrieron con la
normalidad deseada. Los muchos temas que debatir, nos amenizaron los almuerzos
a mitad de ruta. Buenas rodadas a trote cochinero sobre todo en los regresos a
la base, fueron la tónica habitual que nos subió la temperatura corporal en
ocasiones incluso más de lo deseado, y
es que cuando las piernas están bien y los pulmones funcionan a pleno
rendimiento, el pedaleo en modo contrarreloj está servido.
Noviembre
La lluvia hizo por fin acto de presencia y
como en ocasiones por estos lares, lo hizo a lo bestia.
El primer y último sábado de mes con más de
100 l/m2 caídos a final de cada semana, nos hizo temer por sendas salidas,
pero como de costumbre y aunque con algo de miedo en el cuerpo por si
pillábamos la monumental, salimos con muchas dudas, pero finalmente nos respetó
en ambos casos como de costumbre y pudimos rodar con cierta tranquilidad, a no
ser por las impresionantes roderas que la lluvia había abierto por nuestros
caminos habituales.
La montaña estaba que chorreaba, pero el
fuerte olor a tierra mojada y los verdes luminosos de los pinos, nos alegraron
las rutas de principio a fin.
Por si las moscas, la imagen del mes cayó a
la primera de cambio, y ya forma parte de un calendario al que solo le falta
una para completarse. A ver si este año las hadas del bosque nos protegen un
poco más que el anterior y podemos finiquitarlo sin sustos ni sobresaltos.
Diciembre
Y por fin llegó diciembre y como era de
esperar, el frío intenso, cosa que no impidió nuestras salidas semanales y un
par de salidas extras a mitad de semana, aprovechando las fiestas de principio
y vacaciones de final de mes, rodadas extra que celebramos como de costumbre en
nuestro rinconcito de Benaguacil, ésta última y en estas fechas adornado para
la ocasión como se ve en la instantánea, aunque con frío, eso si.
El año ha sido complicado a nivel general por
el maldito COVID-19 que parece no querer marcharse, aunque siendo optimistas,
podría haber sido peor. De momento no lo
hemos pillado y esperemos seguir así hasta que la ciencia pueda solucionarlo y nos
inoculen el deseado remedio, solo queda seguir cumpliendo con las normas
establecidas como hasta ahora y tocar madera aunque sea de pino, y nosotros de
esa madera vamos sobrados.
No obstante y con la que ha estado cayendo, todavía
hemos rodado en 43 ocasiones, aunque es verdad que algún que otro almuerzo en
Benaguacil nos ha tumbado, pero no podemos quejarnos. Ha sido otro año más de
pedales y buenas sensaciones que nos han mantenido en forma los pulmones, “las
patas” y sobre todo “la mui”, ya que durante estos más de 2000 km. que les
hemos metido a las burricas, no ha faltado el humor y la buena charla
reparadora.
Finalmente cabría destacar la última ruta, que ha sido “especial” tanto por ser miércoles
como por el intensísimo frío que nos ha caído, el cual no nos hemos
podido quitar de encima hasta llegar al IV Misterio del calvario :). En
fin, resumiendo podemos decir una vez más que ha sido un año sin caídas, con
buena salud y mejor feeling , ¡ que más se puede pedir !.
Como decíamos el año pasado hay que tener
presente esa gran verdad de que “ no se
deja de pedalear cuando se envejece, se envejece cuando se deja de pedalear”
y de momento nosotros todavía aguantamos, así que eso es muy buena señal.
Nos seguimos viendo el año que viene por esas
montañas a ver si somos capaces de completarlo de nuevo, y como siempre, la imagen resumen del año pedaleado.
¡¡ Feliz 2021 !!
Roda i Pedal ©