domingo, 6 de junio de 2010

Anexo a la ruta de Les Rodanes

"Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego". León Tolstoi

Pues sí, seguimos en activo, pero las circunstancias mandan y debido a motivos puramente de trabajo las escapadas han quedado relegadas hasta nueva orden, y en consecuencia, hemos retomado de nuevo las rutas de “andar por casa”, escapadas que tal vez por ser para nosotros tan conocidas, tampoco es que den para estar siempre contando cosas nuevas, pero en esta ocasión hemos descubierto un camino que creemos merece ser comentado en nuestra querida bitácora de pedal, y de paso, aprovechamos para dar muestras de actividad con una pequeña actualización de la ruta Rodanera, no vaya a ser que se nos oxide el blog de no utilizarlo con la frecuencia que merece.
Este camino que hemos recorrido hoy en conjunto, lo había abordado en solitario en otras ocasiones, hace ya algún tiempo, por otros caminos bastante destrozados por la lluvia y que no me habían parecido dignos de explorar. Por otro lado, una gruesa cadena cerca de su inicio desde el camino de Cheste, me había hecho desistir el intento por este lado. A todo esto, el camino de bajada de Les Rodanes era demasiado bueno como para perdérselo investigando un camino que intuía cortado al final, así que ahí estaba esperando a ser descubierto, y ese día llegó al ver a unos bikers que se incorporaban al camino de Cheste. Este hecho me llevo a pensar si ellos sabrían algo que yo desconocía, así que pensado y hecho; me metí para adentro a ver por donde salía. Al poco tropecé con la cadena y esta vez la esquivé por un lateral, pero el arcilloso camino iba subiendo entre naranjos mostrando una profunda rodera en el centro, mientras que a los lados se acumulaban piedras en uno y pozas de tierra en el otro, vamos, más de lo mismo que había descubierto por otro camino que va desde la gravera a Vilamarxant. Rápidamente pensé que no valía la pena seguir pero decidí continuar para saber, de una vez por todas y con total certeza, hasta donde llegaba. Efectivamente llegaba hasta la rampa anterior a “la luz” tal como había intuido, pero que creía no tenía salida por la dichosa cadena. El firme estaba en condiciones lamentables, pero el rincón era magnifico, sobre todo el centenar de metros que discurren por medio del bosque. Esperé unos meses para volver a probar suerte y comprobar que el estado del terreno era más que aceptable a fuerza de pasar los trabajadores de los campos de naranjos de la zona.

Así pues, ya era hora de convocar a R&P para rodar en grupo por tan insólito lugar, ponerle nota y tener otra alternativa a la ruta conocida que además nos aparte del torrido asfalto. Este examen ya lo hicimos hace un par de semanas con la falta del “benjamín” del grupo, pero esta semana y por su cumpleaños, queríamos homenajearle con un paseo por el bosque de Les Rodanes y dedicarle otro de esos senderos de “cuento de hadas” que un tanto olvidados por la mayoría de los mortales, y por increíble que parezca, tenemos a un tiro de piedra de casa.
Pero nuestro gozo en un pozo. A la hora señalada nos volvemos a ver las caras los “viejunos” de costumbre, pero como la ruta estaba planeada decidimos hacerla igualmente, ¡que más da una ruta que otra!; además, la otra sorpresa de la jornada será la presentación en sociedad de “Treki”, un formal y serio pretendiente de la “Martita”. En la primera ruta que coincidan los dos igual nos aparece a la siguiente un Colorado o un Edge o… vete tú a saber. El caso es que vamos a grabar este camino y así de paso aprendo un poco a utilizar el flamante GPS para lo que le espera el miércoles.
De la ruta poco que contar a no ser la tranquilidad que nos acompaña, por lo que vamos comentando entre pedalada y pedalada el buen juego de Rafa en Roland Garros, la esperanza de que esta tarde gane el 5º, la caída de Rossi con la grave lesión, la victoria de Contador en el prologo de la Dauphiné Libéré, en resumen, damos un repaso general por el panorama deportivo de la semana. De trabajo hablamos lo justo y un poco menos, no es este lugar para ponerse de mal humor si no todo lo contrario, nuestro lema es desconectar al máximo de la rutina diaria disfrutando de la naturaleza que nos envuelve en cada salida. Volvemos hoy a tocar la zona de la Basseta Blanca para acortar un poco de camino y de paso disfrutar de la bajada allá por Villa Lobillo. Hoy el caldo de color indeterminado no cruza la vía, cosa que agradecemos al no tener que salpicar las burricas con ese mejunje. Bajada asfaltada hasta el camino de Cheste que ya está casi terminado y al poco entramos de lleno en el terreno que nos gusta. La primera Rodana nos recibe con la alegría de ver a tan buenos como viejos amigos, con tanta alegría que se ha pasado un poco de euforia y nos ha metido más rampa de la que tocaba ¿no?. El aparatito nos dirá luego porqué ese 7,5% no nos defrauda nunca.
Nos sorprendemos de los muchos bikers que nos estamos cruzando hoy hasta que caemos en la cuenta de que es Domingo... Bajamos hacia la Bassa Barreta con la justa precaución por la cantidad de gravilla que hay en el camino, ya que si hubiera que tirar de freno no podríamos controlar la bici a mayor velocidad, aun así y como de costumbre, apuramos las líneas como esperamos que haga Rafa esta tarde, pero nosotros por dentro.
Llegados a nuestro destino, almorzamos en la zona de interpretación a la sombra de los pinos, rodeados de naturaleza que es como mejor sabe el bocata y la cerveza fresquita que siempre nos acompaña.
Terminado el ágape, nos aseguramos de no dejar más rastro que nuestro olor en las piedras en las que nos hemos sentado hoy y empezamos a subir hacia “la luz”. Aclarar que antes a este lugar le llamábamos “el desvío para subir hacia La Rodana o bajar hacia Horquera”, pero como allí en lo alto hay una torre de alta tensión pues eso, lo bautizamos como “la luz”, que es mucho más corto y todos sabemos donde está. En fin, a lo que íbamos.
Como decíamos, vamos subiendo este tramo con su también 7,5% sostenido durante 800 metros, réplica idéntica a la anterior subida. Sin solución de continuidad la bicicleta inicia un loco acelerón sin tiempo para recuperar el aliento. Tampoco lo intentamos pues lo vamos a perder con la velocidad de bajada. La pendiente es de las que hacen afición, una y mil veces que bajemos siempre encontramos ese esperado golpe de adrenalina que buscamos en cada jornada. Ya abajo del todo, giramos a la izquierda por el camino de la gravera. Recorremos algo más de un kilómetro y después un nuevo giro a la izquierda que nos lleva hacia las montañas y la parte trasera de Horquera en un camino señalizado como “depósito de incendios”.
Pasamos entre chalets y nos metemos poco a poco a los pies de la montaña. Unas abandonadas pistas de tenis a la izquierda nos recuerdan que vivieron tiempos mejores. Esto ya es camino de tierra.
A partir de aquí giraremos siempre a la izquierda en los cruces de caminos principales. La ladera Suroeste de Les Rodanes se alza desafiante a nuestra izquierda mientras el sendero que recorremos atraviesa una enorme extensión de naranjos que aún nos regalan con su entrañable aroma de azahar. Un poco más adelante, el camino se dirige a una caseta; nuevo giro a derecha e izquierda y nos disponemos a subir una rampa importante aunque corta. Si no estás atento al cambio de desarrollos te atrancarás sin remedio en mitad de la subida. Una vez arriba bajamos por un tramo en malas condiciones y enseguida entramos casi por una senda en mitad del bosque.
La espesura de la vegetación es abrumadora. El frescor de la sombra húmeda baja la temperatura hasta limites soportables en este día de calor bochornoso. La senda cubierta de hojas serpentea entre los árboles junto a una torrentera que se adivina invadida por la diversidad de especies que se agolpan en este vergel.
Al frente, una mancha de cielo se abre paso entre la vegetación para indicarnos que este pequeño sueño llama a su fin. Un tramo corto pero intenso que nos sumerge, de golpe, en un mundo irreal, casi imaginario donde, por un momento, podemos estar lejos del ruido del mundo tecnológico y atropellado en el que vivimos.

Llegamos ahora a la zona donde esta situado aquel camino que decía haber encontrado roto la primera vez. Ahora está en mucho mejor estado y además es de bajada, ¿qué más se puede pedir?
La cadena la encontramos abierta por lo que esta vez no es necesario bordearla. Salimos al camino de Cheste y nuevo giro a la izquierda. Llegamos al inicio (o fin) de la zona de obras de este camino. Unas obras que no sabemos muy bien a que inútil necesidad responden, a no ser las de malgastar-dilapidar-derrochar un dinero que debería estar sirviendo para algo realmente importante en estos momentos de crisis, -toma plan E-. Giramos hacia el campo de tiro y enseguida a la derecha por un camino biker que nos llevará hasta Loriguilla. Desde allí volvemos como un tiro hasta casa antes que las nubes que se están formando descarguen la tormenta que no dejan de anunciar. Cervecitas, felicitación al “xiquet” y a revivir los momentos del día antes de irnos a comer, en definitiva otra agradable jornada de pedales con los amigos por lugares tan recónditos y solitarios como cercanos a nuestro punto de partida, lugares a los que no sería de extrañar que algún día se pague peaje por recorrerlos… al tiempo.
Así que mientras sea gratis disfrutarlos, no dejaremos de transitarlos una y otra vez, verdaderamente valen la pena. Nos vemos en la próxima.


TRACK EN RUTES DE RODA I PEDAL