lunes, 31 de diciembre de 2007

Un año de cambios

¿Hemos vencido a un enemigo? A ninguno, aparte de nosotros mismos. ¿Hemos ganado un reino? No, y no obstante sí. Hemos conseguido una satisfacción completa, hemos realizado un destino. Luchar y comprender, nunca lo uno sin lo otro, esta es la ley.
George Herbert Leigh Mallory


Cuando a finales del 2006 empezamos a darle vueltas a la posibilidad de cambiar las bicis, no imaginábamos hasta que punto eso iba a cambiarlo todo, y con ello, una buena parte de nuestras vidas.
En lo que a nuestra aventura ciclista de montaña se refiere, se podría definir al 2007 como un buen año, o mejor, un gran año. No teníamos ni idea de lo que la movida de la compra de nuevas máquinas nos iba a deparar, con las primeras incursiones por Les Rodanes y Lliria, el tan trillado camino de la playa iba a quedar definitivamente atrás, aunque lejos estábamos de ni tan siquiera imaginarlo. Con esto tan solo habíamos comenzado a arañar la superficie, y lo que vimos debajo nos gusto.
De repente todo el tema se convirtió en una escalada de emociones y de nuevos descubrimientos que nos inquietaban aún más y que nos envolvía más en la vorágine de información y ansia por compartirla con los compañeros. Lo que antes era una afición de sábado por la mañana con la finalidad principal de charlar y almorzar plácidamente de cara al mar en una tranquila terraza de la Malvarrosa, se convertiría en pocos meses en casi una forma de vida, pues ahora buena parte de nuestro tiempo libre lo dedicamos a pedalear o en su defecto, a actividades relacionadas con la BTT como son búsqueda y planificación de rutas, componentes para las bicis, creación y actualización del blog, mecánica, etc. Y así lo que antes era una afición ahora se ha convertido casi en una pasión.
No diremos que vivimos por y para el ciclismo, no sería cierto, pero las sensaciones que nos transmite este deporte y la expectación con que esperamos la siguiente salida nos hace sentir que algo corre por nuestras venas, y al fin y al cabo eso es lo importante: el sentimiento. Da igual que sea hacer deporte o verlo por televisión, da igual que sea la lectura o la música, o la ciencia o el arte, lo importante es que forme parte de tu vida y con ello tu vida forme parte de tu pasión y por consiguiente que te apasiones. Con cada pequeño nuevo descubrimiento corremos al e-mail para enviarlo inmediatamente a los compañeros y esperamos ansiosos su respuesta ya sea media tarde o altas horas de la madrugada, es casi nuestro primer y último acto del día… revisar el correo… sufridas señoras de los BeTeTeros.
Bendita tecnología, pues la espera de una carta convencional hace años hubiera significado un autentico suplicio para nuestras almas ávidas de noticias frescas.
Pero relatemos los acontecimientos. Primero surgió un tímido comentario, luego ese comentario se transformó en conversación profunda ya con alguna revista sobre el tema dejada caer sobre la mesa de forma “casual”, cuestión que fue tomando forma velozmente y que cada vez se iba puliendo más y más buscando argumentos que apoyasen nuestra teoría del cambio de bicis, y es que teníamos que convencernos a nosotros mismos antes de abordar el tema con la familia, pues el desembolso era considerable.
La cuestión crecía como una bola de nieve rodando ladera abajo. Y en estas estábamos cuando poco antes de Navidad y con las ideas ya bastante claras, nos decidimos a visitar un par de tiendas especialistas en el ramo para ver las bicis en vivo y en directo. Ese fue el punto de inflexión, ya no había vuelta atrás. Las primeras reticencias de uno de nosotros al cambio se vieron rápidamente derrumbadas por lo que estabamos contemplando aquella tarde, y así pasé de espectador pasivo que acompañaba a los compañeros a jugador entusiasta en cuestión de segundos, que digo segundos, “décimas” de segundo.
Tras las primeras palabras del vendedor haciéndonos preguntas rarísimas sobre que componentes queríamos para las bicis, nos dimos cuenta de cuan lejos estaba nuestra comprensión en lo referente a la configuración de una bici… “ oiga, - preguntamos nosotros - ¿y no tendrá bicis normales? Nosotros solo queremos pedalear y que tengan ruedas”.
Las bicis habían pasado con el paso de los años de tener tan solo ruedas, pedales, manillar y sillín a ser algo así como artilugios tecnológicos de última generación con cosas como amortiguadores, pedales automáticos, suspensiones, frenos de disco, ah y ¡sillines ergonómicos!, entre otras muchas cosas novedosas más. Vaya tela.
Así que nos pusimos a investigar y empollarnos todo lo pudimos con respecto a esos adelantos tecnológicos de última generación que prometían hacer de estas maquinas algo más que una simple bici. Con los más de 2000 Km. recorridos en este año, damos fe de que realmente son algo más que simples bicis. Pero en aquel entonces no estábamos muy convencidos de que las prestaciones que nos prometían compensaran el importante desembolso que íbamos a realizar.
Así que buscamos en Internet, en revistas, en tiendas especializadas y comparamos decenas de componentes y marcas, y la última fue saber que también tienen talla, ¡¡anda como los trajes!! Pues nada a medir se ha dicho, y nos medimos la tirada de pierna; con zapatillas, descalzos, la anchura de los hombros, la distancia del codo al dedo corazón, la circunferencia del pre…, no eso fue para otra cosa. Y entre medida y medida el virus de la BTT estaba eclosionando en nuestro interior a marchas agigantadas, la búsqueda de la bici perfecta se convirtió en el caldo de cultivo de esa “enfermedad” que nos mantiene sanísimos, eso sí, cumpliendo escrupulosamente con la dosis de medicina prescrita por la cervecera más próxima.
Y allá por febrero del 2007 llego el día de comprar las bicis, y con ello el pensar en la ruta de estreno de las mismas pues nos daba pena ensuciarlas, así que nos fuimos a la Malvarrosa en parte para darle un homenaje a la “opera prima” de nuestras rutas, viéndolo en la distancia casi fue un homenaje de despedida a dicha ruta.
Mientras tanto igual que con el nacimiento de un hijo había que darles nombres a las criaturas, así que pusimos en marcha nuestra capacidad de inventiva para tal efecto y cada una con su nombre fueron bautizadas, (con cerveza, como no) y registradas con una etiqueta con su nombre en el cuadro al igual que en un azulejo con el logo de “Roda i Pedal” para identificarlas en su lugar de descanso ínter semanal.
El día del estreno descubrimos que, nuestras flamantes Lapierre Fs Tecnic 700, estaban hechas para algo más que para ir a la playa por un camino llano sin más dificultad que la brisa marina y alguna calle en obras y de esta forma, las salidas por las montañas, principalmente por Vilamarxant comenzaron a imponerse como destino predilecto. Pero a medida que transcurrían las semanas, esas salidas se estaban quedando cortas, ya no nos proporcionaban toda la emoción que necesitábamos para aplacar nuestra ansia de aventura, y al comentario de “estaría bien poder ir por la Serra Calderona o por montañas de esas que vemos en los foros” siguió una conversación algo mas seria. Mientras tanto llegó la nueva bici para el cuarto jinete y benjamín del grupo y eso sí que fue definitivo en nuestra búsqueda de nuevos desafíos.
Pero para seguir creciendo necesitábamos trasportar las bicis cerca de las montañas que nos habíamos propuesto explorar en un futuro inmediato, la Serra Calderona y los montes de Chiva no quedaban lejos, y además eran siempre el fondo incomparable de nuestras salidas, por lo que las ganas de visitarlas se hacían mayores si cabe.
Y como no podía ser de otra manera tras las primeras deliberaciones llegó el remolque, que también se vio acompañado de otro elemento indispensable en las salidas que se avecinaban, un GPS. Esto nos permitía buscar rutas por Internet e introducirlas al aparato y simplemente seguir sus indicaciones sin necesidad de recorrerlas antes para memorizarlas, y sobre todo evitando perdernos y hacer más kilómetros de la cuenta. Estábamos en pleno agosto, tan solo 7 meses después de la compra de las bicis y todo se había precipitado, no podíamos mirar atrás y reconocernos a nosotros mismos, pues aquellos “intrépidos” ciclistas que cabalgaban rumbo a la playa meses atrás completando la hazaña de recorrer 44 Km. ya no existían, ahora se habían convertido en bikers de los que conquistan montañas y hacen muescas en los sillines ante cada nueva cumbre que sucumbe a nuestras ruedas, y nos asomamos a los abismos que momentos antes hemos creado a nuestros pies a golpe de pedal, y los descendemos con valentía llenando nuestros cuerpos de adrenalina y endorfinas para parar un tren.
Si, todo esto parece muy peliculero, pero a veces nos sentimos así, no hay más que ver el brillo en nuestros ojos cuando hacemos alguna de estas cosas que para nosotros son hazañas, no muy grandes, pero al fin y al cabo nuestras. Son muchas horas de dedicarse a buscar rutas por Internet para luego plasmarlas sobre el terreno, y muchas horas después para sacar la información del GPS y pasarla a gráficos que nos digan la dificultad de los caminos que hemos recorrido, para luego contar una crónica y revivir cada curva, cada pedalada, cada gota de sudor, cada esfuerzo, y sobre todo cada sonrisa, cada felicitación, cada gesto de satisfacción, pero por encima de todo, cada momento de compartir amistad y emociones vividas al unísono.
La sencilla cámara de fotos que inmortalizaba nuestras rutas se nos quedó rápidamente corta, tanto en calidad como en poder de almacenamiento, por lo que cambiamos a una pequeña digital con mayores prestaciones, la cual además y con un artilugio construido “Ad-hoc” para la misma que la fijaba al manillar, utilizábamos para grabar videos de corta duración. Pero nuestro gozo en un pozo, los baches no eran el mejor aliado de la digital y en ocasiones “se colgaba” y nos dejaba sin vídeos. Había pues que solucionar rápidamente el asunto y aprovechando que las fotos se estaban quedando cortas, comenzábamos a pensar en la posibilidad adquirir una cámara de vídeo ex profeso para este fin, que grabase con seguridad esas trepidantes bajadas que tanto nos entusiasmaban. El comentario se transformó rápidamente en idea y la idea se plasmó en un abrir y cerrar de ojos (muy en nuestro estilo del “pensat y fet”) en una mini cámara que tanto podíamos colocar en la bici como en el casco como en el p..., vamos donde sea, para hacer las tomas más objetivas y así poder mostrar exactamente aquello que estábamos viendo en cada momento.
A día de hoy nuestras salidas se están convirtiendo en…. casi una guía de viajes. Los amplios reportajes fotográficos se ven acompañados de secuencias de video que como no, implican tiempo para visionarlos, y la colección crece y crece con cada nueva salida, acortando peligrosamente la capacidad del los HD de nuestros PC´s.
Poco a poco el catálogo de rutas va creciendo, a finales del 2007 son ya 17 las rutas realizadas y ya están en programa algunas más esperando pacientemente su turno, quienes no tienen tanta paciencia somos nosotros deseando que llegue el momento de transitar por nuevos lugares que seguro que os contaremos en este blog.
Y hablando del blog… Como y por qué.
El como es que no solo se trata de pedalear, a parte de eso nos hemos convertido en cronistas de nuestras propias andanzas. No es que vayamos a publicar un libro, nada más lejos de nuestra intención, pero a modo de retratar de una forma más fehaciente las rutas que recorremos y poderlas recordar y revivir en el futuro, el blog nos va de categoría. Quizás pequemos algo de peliculeros en algún párrafo de nuestros relatos, sí, en ocasiones lo somos, pero es nuestro modo de disfrutar, de echar unas risas, y a veces hasta de emocionarnos. Sabemos que a veces imprimimos ese carácter, precisamente es este pequeño toque de humor la personalidad con la que queremos caracterizar a nuestras crónicas.
El por qué fue más una necesidad de saciar nuestro mono betetero que otra cosa. La idea de crear el blog nos daba la oportunidad de compartir con todo el mundo algo que con tanta ansia guardábamos para nosotros, y que no tenía otro sentido más que la ilusión de ver nuestras andaduras reflejadas de alguna manera para la posteridad, allá cuando por razones de edad no podamos seguir disfrutando de nuestro deporte. Podíamos haber elegido darle otro enfoque al blog, pero en un principio no teníamos el GPS y el hecho de poner un rutómetro no nos apetecía demasiado, además como hemos comentado era algo intimo, las crónicas surgieron antes del blog, precisamente en el momento que comenzamos a recorrer rutas distintas a la que era la habitual.
Nos decidimos por el relato de las rutas para poder recrear con su lectura algunas de las sensaciones que habíamos vivido sobre la bici, la sorpresa fue descubrir que lo lográbamos con más éxito del esperado a priori, así que continuamos con ello. Con el tiempo fuimos evolucionando y añadiendo los mapas, luego los track del GPS desde el cual ya cada uno puede sacar el perfil de la ruta y hasta el IBP. A las pocas fotos que poníamos al principio siguió una época de descubrir muchas y jugosas rutas que nos hicieron disparar sin miramiento y luego a ver que fotos quitábamos de allí, por lo que no tuvimos más remedio que incluir muchas más. Nos dimos cuenta que estas no solo complementaban los comentarios, sino que hacían las crónicas mucho más amenas y divertidas. Nos lanzamos pues en repetición de algunas rutas de las que carecíamos de muchas fotos y les hicimos unos reportajes fotográficos como se merecían.
El como también queda explicado en estas líneas, básicamente fue la configuración del blog tal y como lo hemos hecho, por la necesidad de compartir nuestras experiencias y sensaciones a lomos de nuestras maquinas, pues realmente son ellas las responsables directas de este año de cambios. Sin embargo no queremos dar opciones a comentarios directamente en el blog, son nuestras vivencias y eso no tiene comentario posible. Para posibles opiniones y/o comentarios al respecto, ya indicamos una dirección de e-mail especialmente creada para esos menesteres. El hecho de eliminar la posibilidad de los comentarios fue una decisión basada en que a quien no le guste, simplemente se puede salir del blog y ya está, quien esté interesado puede ponerse en contacto con nosotros cuando lo desee. También es cierto que pensamos que el sitio no puede desagradarle a nadie; puede no interesarte pero disgustarte... . No atacamos ni para bien ni para mal a ningún colectivo, cierto es que en ocasiones hemos dado un toque de atención a moteros, conductores de vehículos a motor o el creciente crecimiento urbanístico, no por acusar gratuitamente no, solo dimos datos veraces de lo que vimos y no compartimos. Con ello no acusamos a todos los moteros o usuarios de coches o quads, etc., solo vamos contra aquellos desaprensivos que vayan como vayan, estropean, deterioran y dañan el medio ambiento y con ello el entorno sea cual sea este.
Y con estas idas y venidas hemos ido poco a poco profundizando en una especialidad deportiva que hace tan solo un año sencillamente ignorábamos cuan profundas raíces tenía.
Seguimos creciendo, y seguiremos. No sabemos hacia donde nos llevarán los cambios que poco a poco e inevitablemente nos salen al paso y nos obligan a cambiar, modificar y en resumen, a mejorar semana tras semana.
Esperamos seguir disfrutando de todos y cada uno de ellos aún más si cabe. De lo que estamos completamente seguros, es que este año nos ha dejado una profunda huella difícil de olvidar, huella que deseamos seguir compartiendo con todos aquellos que se acerquen a nuestro blog a través de esta bitácora. Pero por encima de todo seguiremos disfrutando nosotros, el grupo que conforma Roda i Pedal con cada nueva ruta y aventura que emprendamos, nuestra amistad es nuestra bandera y las emociones compartidas son el alimento que estimulante esta afición que compartimos. Pero todavía nos quedan muchos caminos por recorrer, muchos paisajes por descubrir y muchas emociones por vivir, así que poco a poco iremos desgranando rutas y acercándolas a todos aquellos bikers que como nosotros, se interesan por descubrir nuevos horizontes. Continuará......

MATERIAL

En este apartado os describimos el material con el que contamos para que de esta manera si no tenéis el material y estáis pensando en adquirirlo, tengáis una idea de su funcionamiento y/o prestaciones. A nosotros nos funciona, no decimos que sea lo mejor, pero todo depende del uso que le queráis dar.

Bicis:
Lapierre Tecnic FS 700 con cuadro Alu 7005 Light ; horquilla Rock Shox Dart3 de 100 mm con blocaje regulable y frenos de disco Deore formula oro 18 k 160/160. Cambio delantero Shimano Deore y trasero Shimano New XT 9v con manetas Shimano Deore Rapid fire. Llantas Mach 1 MX Dp 32T con cubiertas Michelín Contry MUD de 26x1,95. Tija y potencia Ritchey. Peso total: 13,4 Kg.

Remolque:
Fabricado por Trigano Remolques; Homologado y con capacidad para 7 bicicletas y portabicicletas de aluminio Modelo Vertik 165.

GPS:
Garmin GPSmap 60.

Cámara video:
Oregón Scientific. Modelo ATC2K con sensor VGA CMOS; Resolución de 640x480 a 30 ips; 32 Mb de memoria interna y tarjeta SD de 2 Gb para almacenamiento de más de 60 minutos de grabación.
Sony Cibershot DSC-S600 de 6 megapixels con objetivo Carl Zeiss F2.8-5.1 y Zoom 3x.

Preparación de rutas:
Google Earth y MapSource (para diseñarlas)
gpsvisualizer (para convertir ficheros):
IBPindex (para medir la dureza de la ruta):
Perfils (para hacer un perfil de la ruta):

Crónica La Vallesa de Mandor - Benaguacil

Camins que no oblido,
ni oblidaré mai,
vagin a muntanya,
o al fons d’una vall.
Camins que s’enfilen,
a la llum dels cims,
o, dòcils, voregen,
les aigües dels rius.
Antoni Massanell

Parece que últimamente vamos de anexos o dicho de otra forma de re-escribir o más bien ampliar lo que ya estaba escrito. Con esto solo intentamos actualizar todo lo nuevo que vamos descubriendo, y es que realmente cada día descubrimos algo nuevo. No se trata de hacer una crónica diaria, pero hay cosas que merecen la pena ser contadas, y esta es una de ellas. Como descubrimos hace dos semanas, las actuaciones sobre el parque del Turia siguen avanzando, y cumpliendo con lo que entonces prometimos, queríamos cruzar el puente sobre el río que vimos entre La Presa y Valencia la Vella.
Aprovechando este paso sobre el río, era el momento de adentrarnos en una zona cercana pero a la vez distante. El propio hecho de que los accesos fueran complicados, venía a ser el factor determinante para que nunca la hubiéramos transitado. Pero hoy ha llegado el momento y con esta idea, programamos sobre el Google Earth una pequeña ruta que atravesara la Vallesa de Mandor en un recorrido lo más largo posible. Hecho y cargado en el GPS, ahora solo queda seguir las instrucciones de la máquina para llegar a buen puerto y cruzar el río por el sitio correcto y seguir la ruta que hoy nos llevará a nuestro querido "Le Montielet" (El Montiel, en Benaguacil), véanse:
Cargados con nuestras mochilas para deleitarse con un almuerzo allí arriba, disfrutando de unas preciosas vistas y de la tranquilidad que el lugar evoca en todos nosotros, salimos de la base y rápidamente tomamos un camino poco recorrido aunque por sus características de terreno biker y la cercanía al río con sus espectaculares vistas debería de ser más común para nosotros ya que no nos desvía demasiado del trazado que nos lleva hacia nuestros dominios. Nos lanzamos pues por la bajada del barrio San Francisco hacia el río, y nada más pasar el puente sobre la acequia giramos a la derecha para transitar paralelos al Turia por espacio de un par de kilómetros.

Aquí vemos que ya hay otro puente en marcha, y el camino en el otro lado parece que avanza a buen ritmo. Inmediatamente vemos una de esas estampas sacadas del National Geographic; sobre un árbol ya despojado de sus hojas contamos hasta 9 aves, algunas con las alas abiertas intentando captar el leve calor de los primeros rayos de sol que, perezoso, va arrancando a las riberas del río las características brumas matinales en los días fríos como hoy.

Impresionante estampa. Deliberamos sobre si serán Garzas o qué, pues su tamaño es considerable, aunque nos extraña tal acumulación. Estamos en estas cuando inequívocamente nos sobrevuela una de ellas, no será la última vez que la veamos hoy, pues nos acompañará a lo largo del camino en muchos tramos.
Poco después cruzamos a la otra ribera y giramos a la izquierda junto a una gran balsa de riego, aquí una buena rampa nos da la bienvenida y nos hace entrar en calor a pedaladas, tirando de riñón. No será suficiente, pues el terreno algo mojado nos hará perder tracción y con ello pie a tierra: esto se esta convirtiendo en algo demasiado habitual.
Arriba un precioso cortado sobre la ladera nos dará una magnifica vista de un mirador colgado sobre la balsa, y más allá el río serpenteando entre la huerta valenciana a la que da vida.

Tras el parón fotográfico seguimos por el camino pegado al by-pass para cruzar por debajo del puente que salva el Turia. Hasta ahora nos ha sorprendido la cantidad de caminos que hay en esta zona y que dan para un buen paseo junto a la casa-torre que inconfundiblemente vemos siempre que pasamos por el by-pass. Pero para sorpresas las tenemos a partir de aquí. Nos acabamos de meter de lleno en el bosque de la Vallesa, en el que también hay innumerables caminos por los que transitar.

Poco a poco el paisaje va cambiando y nos vamos introduciendo en un lugar mágico, casi místico. Parece mentira que esto esté a tan solo 6 km. de casa. Este tupido bosque brumoso teje una red de caminos y sendas a cual más espectacular de transitar.
Además las lluvias de esta semana han limpiado todo el follaje y el intenso verdor salta a nuestros ojos casi furioso, la naturaleza, no contenta con eso y celebrando también la navidad nos brinda gotas de agua colgadas como perlas de las hojas de los árboles, dando aún más si cabe una sensación de bosque encantado que nos embriaga y cautiva de forma irremisible.
Seguimos transitado por tan magníficos parajes serpenteando por la red de caminos que surgen por todas partes y vamos ganando altura, no mucha, solo lo suficiente como para llegar al acantilado que vemos a la altura de la presa al otro lado del río. Hoy estamos al otro lado, y la vista es magnifica.
El Turia a nuestros pies, tras él el pequeño bosque de la presa y justo por detrás el Monte Mayor, algo más a la derecha la Muntanyeta, más a la derecha aún Les Rodanes y aún un poco más y justo por encima de la línea de pinos nuestro destino de hoy, y vertebrando esta magnifica vista el río, que viene hacia nosotros saltando el azud del cual nacerá a los pocos metros la acequia de Moncada. Seguimos por los caminos alucinando a cada pedalada, sencillamente este paseo nos ha dejado una inmejorable sensación.

Llegamos a una zona en la que los cultivos se entremezclan con el bosque; almendros y naranjos, estos últimos nos llevarán a una zona con una puerta al fondo y más allá entramos en las urbanizaciones de La Cañada, antes de llegar a esta puerta a la izquierda hay un tramo en el que no hay valla y por aquí podremos continuar por un camino que sigue adentrándose en el bosque. Si hasta ahora nos habíamos asombrado del paisaje ahora sencillamente alucinamos, las sensaciones de estar en un bosque de cuento de hadas se multiplican y casi nos abruman, estos caminos nos llevarán hasta la vía del metro y zigzagueando por estos llegaremos junto a la depuradora junto a la Masía de La Vallesa de Mandor, impresionante finca que data del siglo XVIII y que está rodeada de naranjos. Por aquí bajamos hacia el río para cruzar sobre el puente que vimos hace dos semanas. Sorpreeesa..., el puente no lo encontramos, sabemos metro arriba metro abajo donde está, pero no podemos acceder a él pues una barrera infranqueable de cañas y zarzas nos impide el paso y su visión. Después de dar como unas mil vueltas decidimos que hay que volver atrás o recorrer 4 km. por carretera, aún sin gustarnos la idea, convenimos que es lo mejor así que "piernas para que os quiero" nos ponemos a pedalear con ganas en dirección a Riba-Roja, y una vez allí a buscar el conocido camino que paralelo al río nos lleve a coronar la montaña que hoy nos espera después de varias semanas de tenerla abandonada.

Han sido unos 18 km. de nuevo trazado, tan magnifico y asombroso que prometemos volver, eso si, cuando encontremos el camino correcto. De momento dejaremos algo de tiempo para que los cambios en el trazado del parque del Turia se vayan consolidando. Nosotros mientras tanto seguiremos recorriendo nuestros caminos y dando fe cuando sea conveniente de los cambios acaecidos. La ruta, sin ser nueva en su totalidad sí tiene un principio nuevo que es una buenísima variante de las rutas que se encaminan hacia nuestras montañas, y de esta manera por una u otra variante podremos disfrutar de muchos kilómetros de buenas sensaciones a lomos de nuestros caballos de acero. Y es que en definitiva, en nuestras rutas remontar nuestro río siempre nos da buenas sensaciones.

domingo, 30 de diciembre de 2007

En apoyo a la BTT

Aprovechamos para informaros (o recordaros si ya lo sabíais) que el 13 de enero hay organizada una manifestacion en Valencia para salvar la bicicleta de montaña, se trata de frenar el proyecto de ley preparado por la Generalitat y que prohíbe taxativamente la circulación de todo tipo de vehículos, incluyendo las bicicletas de montaña, fuera de las pistas forestales, entendiendo como tal aquellas vías por las que pueden circular vehículos de cuatro ruedas. En concreto se especifica que: "los vehículos sin motor en ningún caso podrán circular por sendas o caminos que no tengan la condición de pista forestal". Información aquí: http://www.imba.com.es/index.php?option=com_content&task=view&id=114&Itemid=29
Si no os funciona el anterior enlace buscar: http://www.imba.com.es/ en la página principal, en Buscar poner "Generalitat", la entrada 4 es la que contiene las alegaciones así como los documetos de adhesión a las alegaciones contra el proyecto de ley.
Más información aquí:http://www.foromtb.com/showthread.php?t=240196 para incribiros como peña adherida a la causa. Cuantos más seamos más fuerza tendremos.
También puedes firmar aquí:http://www.efirmas.com/3228/index.html

lunes, 24 de diciembre de 2007

Ruta Pedralba-Chiva-Cheste (15/12/2007)

"Per damunt hi ha la satisfacció d'haver resolt un itinerari complicat."
Albert Jané. Els camins irresolts.
Esta ruta también es de esas que un servidor tenía ganas de mostrar al resto del grupo. La idea inicial era haber disfrutado esta ruta como aperitivo de la de Gestalgar, pues aquella tiene un encanto especial con la travesía por el río, esta en cambio, es más montañosa aunque una parte ya la conocíamos, por lo que no podemos decir que fuese una ruta con todo por descubrir.
Como decíamos, toma parte de la ruta de Gestalgar, concretamente toda la primera subida hasta el desvío que hay poco después de pasar el aljibe que vimos la otra vez el cual quedo debidamente plasmado en varias instantáneas. Hoy hemos llegado al desvío y en lugar de ir a la derecha para iniciar la bajada a Bugarra, hemos continuado recto para seguir subiendo hasta lo alto de esta montaña, en la zona llamada Alto de Basto (damos fe a lo de "basto") a unos 504 m. de altitud y que será la parte más elevada de esta primera ascensión. Nos encontramos en una zona de confluencia de 3 términos municipales, hemos coronado la montaña en Bugarra para hacer el descenso en Cheste y al llegar abajo entramos en Chiva.
Muy contentos nos las prometíamos hasta este momento aunque, en honor a la verdad el frío que nos acompañaba desde el principio no nos ayudaba en absoluto, cada intento por respirar era un suplicio ya que el aire gélido que penetraba a través de nuestras fosas nasales era más doloroso que revitalizante.

Pero a lo que íbamos. La subida hoy se nos estaba atragantando desde el principio, ya que como decíamos antes no podíamos oxigenar adecuadamente y el tío del mazo ya se dejó ver desde el inicio, corriendo a nuestro lado, no para animarnos sino para ver a quien le atizaba primero.
Tras dejar atrás el desvío llegamos a la zona más alta de esta primera subida junto al aljibe de cazadores.
Allí hacemos un alto para otear el horizonte y tomar unas fotos, (quien nos iba a decir que sería el mejor rato del día) el frente nuboso que entrando desde el mar va ganando terreno poco a poco nos impide una visión clara, sin embargo eso no obstaculiza para disfrutar de unas magnificas vistas del paisaje.


El monte bajo, como ya conocíamos, cubre las onduladas laderas que corren junto a nosotros montaña arriba. Es aquí cuando comienza lo verdaderamente terrible de la ruta.
El terreno, exageradamente irregular y con muchísimas piedras sueltas de todos los tamaños posibles, hace que la bicicleta no vaya hacia donde tú quieres, por lo que la dirección es algo aleatorio, cuestión que unida a la poca velocidad que el terreno te permite, hace que las piedras nos lleven por donde ellas quieren. Nosotros nos limitamos a intentar conservar la verticalidad dentro del camino que ya es mucho.

Llega la bajada. Intransitable, no hay otra palabra para definirla. Las lluvias acaecidas en las semanas posteriores a cuando la recorrí, han escarbado auténticos socavones y roderas de un tamaño más que considerable. Lo que debería haber sido una bajada trepidante y divertida se convierte en un "sálvese quien pueda y no te caigas".

Unos primeros escarceos de valentía nos empujan a intentar bajarla montados en nuestras máquinas, pero esto se convierte en un quiero y no puedo por lo que nos vemos obligado a echar pie a tierra y bajar andando. Los más osados sacan fuerza, valentía y pericia mezclada con un poco de locura, para demostrarle a la bajada, por no decir despeñadero, que la marca de Roda i Pedal deja huella allí por donde pasa. Eso mismo, una autentica pasada. El final de la bajada está apunto de acabar con el cronista por los suelos, momento no se muy bien si ovacionado o qué por una jauría de perros que en un chalet cercano desconfían de nuestra presencia, menos mal que debían estar atados ya que de lo contrario no hubiese habido escapatoria y tal vez hubiésemos sido pasto de sus fauces.

Afortunadamente, ya estamos abajo y " enteros". Así pues, cogemos la carretera Chiva-Gestalgar en dirección Chiva en una bajada rápida por espacio de unos 200m. para girar a la derecha junto a un inmenso pino. Nos adentramos en este camino yendo por la bifurcación de la izquierda y acercándonos al torrente que baja de las montañas; lo acompañaremos mientras podamos, pues llega un momento en que seguiremos recto entrando en una rampa asfaltada que, a pesar de su dureza, nos parecerá fácil por el firme.
Se acabará el asfalto y enseguida reencontraremos el barranco. Junto a él iremos subiendo, fácil al principio, pero enseguida otra dura rampa saldrá a nuestro encuentro, aunque lo más preocupante será, como no, el firme, que al parecer va a ser la tónica del día de hoy.
Más piedras, más arena, más socavones, más torrenteras, un terreno realmente terrible que nos hace perder tracción en cada pedalada, tanto es así que la subida y por primera vez, nos hará echar pie a tierra.

Aquí ya empezamos a intuir lo que nos espera en todo lo que nos resta de ruta y esto no ha hecho más que empezar, por lo que el desánimo hace mella y se apodera de nosotros. Este no es el mismo camino que yo recorrí meses atrás.
Las rampas son las mismas, sí, pero el hecho de subirlas pedaleando o de tener que bajar de la bici presenta un panorama radicalmente distinto. Conseguimos llegar arriba de esta rampa cada uno como puede. Desde lo alto tenemos una bonita de vista de Chulilla, allá en la lejanía encajonada entre las montañas cortadas que lo asoman sobre el río Túria, nuestro particular fotógrafo no cesa en su empeño de inmortalizar momentos, tal vez esto el lo que le ayuda a evadirse del complicado trazado.
Más subida, esta vez ni tan cruel ni tan castigado el camino. Llegamos junto a una caseta junto al camino en el que haremos un alto para oxigenar y beber agua, no olvidemos que llevamos la mochila a cuestas con sus casi 3kg. de peso y queremos aligerarla. De pronto Kike interroga ¿véis aquellos dos pinos que destacan mínimamente en lontananza sobre aquel pico? , las miradas incrédulas del resto del grupo escrutan el horizonte sin encontrar referente y al divisarlo uno se da cuenta de donde estamos y lo peor, a donde vamos, ¡¡Mare de Déu dels Desemparats!!, Salva saca la cámara de su pechera y aunque duda por un momento de la veracidad del comentario, sabe que es cierto, así que se limita a tomar una panorámica del punto de destino y un zoom del sitio exacto que apenas se ve con la digital a su máxima potencia. Valor pues.

En esta zona el camino hace un giro de casi 180º y comienza a serpentear por la ladera de la montaña, ondulando con ella para salvar los barrancos que surgen en cada abrazo de dos laderas.
Estamos a una altitud de 600m. aproximadamente, esta es casi la altitud máxima de la ruta. El perfil en este punto se vuelve caprichoso, ahora subo, ahora bajo y ahí estamos nosotros, mientras se decide a subir o a bajar metidos en medio de un interminable tobogán, deshaciendo lo que con tanto esfuerzo nos ha llevado conseguir. Un par de bajadas en doble herradura y asomándose al precipicio, es lo más destacado de este tramo rompe piernas, aunque a estas alturas no son las piernas precisamente lo que estamos pensando en romper.
No nos hemos olvidado hoy de las usuales paradas fotográficas, pero no hay mucho tiempo ni buenas condiciones mentales para pensar en ellas como de costumbre, aún así van cayendo y, tratamos de inmortalizar cuando el terreno nos lo permite, esos momentos, junto con los paisajes, una vez más espectaculares por los que vamos transitando.
A nuestras espaldas, o mejor dicho a nuestra derecha quedan las cumbres siempre vistas desde la distancia de los montes de Chiva, son estas estribaciones del sistema Ibérico las que delimitan el valle de Valencia en su lado más accidental…., digo occidental. Llegaremos ahora a una zona donde unos chalets asomados de forma vertiginosa a la ladera de la montaña marcarán el principio del fin. El fin de la subida y con ello la llegada al punto más alto de la ruta de hoy 647m. sobre el nivel del mar, intuido aunque no visible en el día de hoy.

Principio de una rampa brutal. Exigente como las mejores rampas de "nuestra Reina" pero con un firme imposible, por lo que nos hará doblegarnos ante ella y tirar nuevamente pie a tierra y subir, otra vez cargando nosotros a las bicis. Lastima, de haber sabido esto nos hubiéramos dedicado al senderismo y nos habríamos ahorrado comprar las bicis.
En una de estas paradas, el estómago de Carlos amenaza con desertar y le exige, ya sin condiciones y de forma alarmante, combustible "YA", por lo que ante la urgencia del caso y con el temor al tío del mazo que sigue vigilante de flaquezas, no vacila, suelta la bici, se deja caer sobre el machacado terreno sin importarle un cuerno lo vasto del firme y echa mano de la mochila para hincarle cuatro rápidas dentelladas al bocata como adelanto a la parada que ya aunque se barrunta, no termina de llegar.
Estamos junto al espectacular barranco del Carrulaco, por lo que eso de hacer malabarismos y equilibrios encima de la bici lo dejamos para la bajada que falta nos va a hacer. Es simplemente imposible ciclar esta subida. Una vez mediada la rampa baja su porcentaje y aunque el firme no mejora ya tenemos la suficiente potencia como para seguir pedaleando.
Con un esfuerzo y un sufrimiento tremendos llegamos al final de la susodicha.
Luis, que enrabietado por el trazado se nos había adelantado un trecho, cuando llegamos a su altura ya se había despojado de guantes, casco y mochila con la esperanza de que habíamos llegado al punto elegido para el avituallamiento, a la vista de los únicos pinos que nos hemos encontrado en muchos kilómetros a la redonda, eso mismo pensamos todos al llegar a este punto, todos menos Kike, que conocedor del terreno arroja un jarro de agua fría sobre nuestras castigadas voluntades al anunciarnos que todavía no, que hay que subir "otra cuesta" hasta llegar al punto elegido para reponer las fuerzas, esas mismas fuerzas que ya hace rato nos abandonaron.
Con más resignación que ganas y sacando lo mejor de nuestro físico, nos recolocamos en nuestros sillines sin mediar palabra, y nos dirigimos sin vacilación al ataque de la última subida, al menos eso esperamos.
Nos encontramos al pié de unas indicaciones del PRV 300 que nos indica que acabando de subir la montaña a unos 13km. está la fuente de la Peraleja, miramos nuestro cuenta kilómetros para descubrir con asombro, que tan solo hemos recorrido unos 15km. ¡ y llevamos más de 3h. pedaleando!.
Es una ruta senderista por lo que aunque quisiéramos (que no es el caso) no podríamos seguir el sendero. En dirección contraria está señalizada la fuente de Viñas por una senda por la que difícilmente bajarían las cabras y a la misma distancia aproximadamente que por el camino por el que vamos.
Nos llama la atención habernos encontrado a nuestro paso, más de un corral de ganado abandonado, (el comentario que lanza uno de nosotros tiene su lógica, no es de extrañar que los rebaños se negaran en redondo a subir todos los días hasta el recinto, o tal vez, el tío del mazo acabó con el pastor).

Tan solo nos queda una rampa para el tan ansiado avituallamiento. Este lo hacemos en lo alto de la montaña, no es exactamente la cima de la ruta pero casi, además es donde están las mejores vistas. En un lado el valle, con nuestras Rodanas en el centro de visión. Al otro lado los magníficos montes por los que transitamos, ofreciéndonos aquí todas las ondulaciones y cimas que se nos ocultaban en la subida. Al fondo, los molinos eólicos de Buñol, con el camino de subida recortándose en la silueta del monte y ganando altura, ofreciéndonos una maravillosa estampa. La Calderona y el Javalambre fundidas en un eterno abrazo y ofreciendo su perfil en la distancia a nuestra izquierda. En oposición, las Cumbres de Calicanto, con el fondo de la sierra Gallinera, más intuyéndola que viéndola, y justo a nuestra derecha los montes de Buñol, con la sierra de Malacara ofreciendo sus cumbres en lontananza.


Pasada ya, hace más de hora y media "la hora del Angelus", almorzamos, ¡¡¡AL FIN!!! El cansancio y el mal humor debido al excesivo esfuerzo por el fiasco de la ruta, hacen de este almuerzo uno de los menos reparadores (al menos mentalmente) que hemos vivido hasta hoy.
Los sinsabores de la ruta debido principalmente al firme, nos ha hecho olvidar en demasiados momentos que el recorrido estaba discurriendo por lugares de gran belleza (aunque muy particular por lo desértico) y que precisamente debido a esta extrema dureza muy probablemente no volveremos a transitar, así que lo mejor era disfrutar de lo que la naturaleza nos ponía delante. Este tiempo de relax y reflexión en el más absoluto silencio nos tenía que enseñar, como muy bien decía Salva, que todas las rutas no nos pueden salir bien, y hoy nos ha tocado sufrir como pago, a todo lo que en tantas ocasiones hemos disfrutado. Ese día imposible tenía que llegar y ha sido hoy.
Algo más calmados al haber recompuesto nuestros famélicos estómagos, emprendemos la bajada. A tenor de las rampas que hemos subido intuimos lo que nos espera. Pendientes cortas pero empinadas, con curvas muy cerradas y con el inconfundible sabor a piedra suelta.
Nos invade un regusto amargo de no poder disfrutar de las trepidantes bajadas que tanto nos gustan y en mitad de una de estas bajadas y blasfemando por lo mal que está el camino a la vista de como rebota la bici, caigo en la cuenta que llevo bloqueada la suspensión y la horquilla, normal que esto bote tanto y casi no pueda controlar la bici.
La situación obliga a parar para desbloquear pues el dominio de la bici es casi imposible y soltar las manos para hacerlo en marcha un suicidio. Mucho mejor ahora, donde va a parar.
Vuelvo a tener dirección y dominio en las frenadas así que me pongo detrás para sacar el video en condiciones, ya veremos el cambio en las imágenes. Tanto es así que creo haber grabado perfectamente el vuelo sin motor de Salva, ¡ increíble que no se haya caído !.




Mientras tanto Luis haciendo un alarde de ¿locura?, se lanza a más que tumba abierta por un camino que es una pesadilla, nosotros, incapaces de alcanzarlo lo intentamos seguir en la distancia, dejándonos caer por este terreno con el conocimiento justo para echar el día.

A veces pensamos que no seremos capaces de superar la trampa de piedras y arena que a una velocidad impresionante despliega ante nosotros el camino. En una de estas estamos cuando otra vez Salva (como no) intentando esquivar una rama que invade el camino se mete en una rodera de más de 20 centímetros y se sale por el otro lado del mismo, haciendo una derrapada indescriptible y, llegando in extremis a blocar su máquina, hay que verlo para contarlo, lo cierto es que no sé a que Santo se encomienda este tío para no caerse. Lo que sí sé es que la pericia no la dan los Santos. Espectacular; "como salga en el video lo mando a la tele".
Estamos comentando la jugada cuando Carlos nos cuenta su particular odisea, otra derrapada en zig-zag de su rueda trasera a lo Valentino Rossi le pone el corazón a 100, mejor no haberla visto, estábamos bastante ocupados con lo nuestro, Salva "salvándose" y yo grabándolo todo. Carlos nos debe una. Por fin ya estamos abajo.

Cruzamos el curso del barranco Grande que en tiempo de lluvias trae las aguas que ladera arriba vierten las cumbres de las Carrasquillas a más de 1000m. de altitud. Siguiendo este barranco entraríamos en la complicada red de barrancos y ramblas que por doquier bajan de estas montañas y que cambiando de nombre y atravesando poblaciones llegan precisamente hasta Torrent donde se unifican, y desde allí volviéndose más urbanita atravesará las poblaciones limítrofes a la capital para desembocar mucho mas allá el la Albufera.

Pues bien, seguiremos el curso del barranco, para admirar lo profundo de su cauce ahora seco por espacio de 7km. hasta llegar a las inmediaciones de Cheste. Será el cercano rumor de la vida urbana lo que nos alerte de que por error hemos dejado atrás el desvío que, por la carretera de Pedralba nos debería conducir al inicio del camino de vuelta. Con lo que llevamos en el cuerpo y nos hemos pegado un postre de 14 kilómetros gratis. Subsanado el error, atravesamos la carretera para enganchar un camino que nace justo enfrente, camino que seguiremos hasta que nos lleve de vuelta a la carretera junto a una gran balsa de riego.
Inmediatamente un camino a la izquierda y la bifurcación de la derecha nos llevará cerca del alto de La Cubre después de haber atravesado el barranco de Cuchillas, que si lo pudiéramos seguir por dentro del cauce nos conduciría justo hasta el coche antes de diluirse en el río Turia. Como no puede ser así, seguiremos por donde nos gusta. Estos caminos ya pueden recibir tal nombre pues el firme aunque con muchos baches es transitable (que novedad).
Emprendemos pues una bajada que nos conducirá rápidamente aunque sin grandes pendientes hasta cruzar nuevamente el barranco, esta vez con algo de agua que nos ensuciará las ruedas, remontaremos el desnivel del barranco para llegar arriba y desde ahí, nos lanzarnos hacia abajo para empalmar con el inicio de la ruta, repitiendo el camino que nos conducirá hasta el coche. En total han sido 50 largos kilómetros con un IBP de casi 87 que nos hemos castigado. No está mal, no hay más que ver en detalle el impresionante perfil que dibuja la ruta, el gráfico lo dice lo todo.
Lo bueno de todo es que ya conocemos nuestro límite y hemos aprendido a base de esfuerzo y pundonor, que debemos ser sabedores del track y con ello del IBP resultante previo a la aventura planeada. Lo malo, hoy, casi todo lo demás. En definitiva una ruta que no nos ha dejado en absoluto indiferentes.
Las rampas, que por si solas no hubiera podido con nosotros, han encontrado en asociación con un firme intransitable durante muchos kilómetros, un aliado poderoso, juntos, han tenido la virtud de sacarnos de nuestras casillas, haciendo que un día de nuevas conquistas se convirtiera en una pesadilla capaz de hacernos olvidar el singular atractivo de los lugares Roda-dos y Pedal-eados que con tantas ganas afrontábamos al inicio del día.


domingo, 16 de diciembre de 2007

Anexo Crónica La Rodana (08/12/2007)

Este anexo surge de la necesidad de dejar constancia de los cambios que hemos encontrando en nuestra ruta de hoy, ruta por otra parte de las más entrañables por no decir la que más, de este grupo de bikers que formamos Roda i Pedal.
Véanse las crónicas anteriores relacionadas con este, para nosotros, mágico entorno.

La Reina. Hacía tiempo que no la visitábamos y nos tenía tantas ganas como nosotros a ella.
Hay muchos calificativos para esta montaña: grande, salvaje, pura, exigente, pero solo la definiremos con un posesivo: nuestra. Nuestra Reina.
Por muchas cumbres que hayamos superado, hasta hoy no ha habido nada igual. No tiene parangón con su dureza. Nos examina con minuciosidad y durante cada centímetro de ascenso nos somete a un duro examen. Es tan intransigente como inflexible ante nuestro sufrimiento y el agotamiento al que nos somete desde el principio. Nos exige más en cada pedalada, sabiendo que si no nos mata nos hará más fuertes. Y eso es lo que somos, cada vez más fuertes tal y como han comprobado las cada vez más numerosas cumbres conquistadas.
El ya muy trillado camino de la Rodana nos deparaba hoy, después de varias semanas sin transitarlo, cambios significativos. La puesta en marcha de las actuaciones sobre el parque natural del Turia es lo que más ha llamado nuestra atención.
Se ha abierto ante nosotros una zona junto al río que hasta ahora era completamente inaccesible y la singularidad del paisaje, junto con la admiración que cada vez con mayor ímpetu sentimos por nuestro Turia, hacen que nos animemos a constatar lo que parece el inicio de un proyecto que a la vez que temido también ansiábamos.
El día comenzaba con la puesta en marcha del GPS para registrar el ansiado “track rodanero”, ya que de esta ruta por nosotros tantas veces transitada y aunque parezca increíble, todavía no lo teníamos.
A pocos kilómetros de la base y en concreto, a la altura del merendero de la presa hacíamos nuestra primera parada fotográfica.

El contraluz de los árboles, ya despojados de sus abrigos de hojas intentaba con sus desnudas ramas arañar el cielo brumoso, era una bonita estampa digna de desafiar el paso del tiempo en forma de foto. El sol, perezoso en estas primeras horas del día, se hacía de rogar ocultándose tras las nubes sin prisa por ganar altura. Esto daba a la estampa una melancólica y tenue luz matinal, casi invernal en estos últimos albores del otoño.
En esta zona ribereña es común el avistamiento de aves, hoy se dejaba ver una inmaculadamente blanca ave zancuda que al vernos alzo su vuelo majestuoso para posarse un par de centenares de metros río abajo.

Seguimos el pedaleo pasando ahora por el camino que un par de meses atrás ya fue intervenido por las actuaciones del proyecto del parque natural del Turia pero que hasta hoy, que hemos visto el resto, no habíamos interpretado como tal.
Pues bien, en esta zona es donde se ha presentado frente a nosotros la esquiva e imponente garza real, asustadiza y difícil de ver, ha emprendido el vuelo nada más divisarnos. Hemos la tenido la suerte de que una vez puesta distancia de por medio, ha tenido a bien posarse en lo alto de una torrecilla y regalarnos su imagen para que pudiéramos fotografiarla, cuestión que hasta hoy no habíamos tenido la oportunidad.

Magnifica visión es ver esta impresionante y grandiosa ave elevando el vuelo con su apabullante envergadura. Tras esto y luego de sortear el canal Jucar-Turia es cuando comienza la zona “nueva” de hoy.
La estrecha senda que durante tanto tiempo nos había hechizado con su claustrofóbica belleza ha dejado de existir tal y como la conocíamos, las máquinas han ensanchado el camino y aún estamos intentando asumir el cambio, cuando avistamos que la tan deteriorada subidita que íbamos a iniciar está más arreglada, pero lo realmente sorprendente es que la senda, prácticamente intransitable que nacía junto a la torre, ha sido también ensanchada por las máquinas y convertida en un camino, esta zona, antes cubierta de cañaveral ha sido arrasada y despejada para dejar paso a una senda que hoy nos ha deparado una inmensa alegría por lo insólito del cambio. Recorremos este camino admirando a cada pedalada todo cuanto nos rodea. Vemos aquí un río que nos parece nuevo, surcando un cauce invisible hasta el día hoy. Un cauce que aunque ha perdido en parte su intimidad, se nos muestra en todo su esplendor.

Un poco más adelante admiramos un inmenso sauce en la otra orilla que nos deja extasiados por su grandiosidad y belleza, allí asomado en su altura al otro lado del río, cuestión que no deja impasible a nuestra cámara que lo guarda en su memoria. Comprobamos unos metros adelante la presencia de un puente sobre el río que se adentra en el bosque de la Vallesa y nos quedamos con las ganas de transitarlo, pero en caso de que después no haya otro puente, nos veríamos obligados a volver o bien a circular por carretera para llegar a nuestro objetivo, así que lo dejamos para otro día y continuamos con nuestra ruta.
A partir de aquí todo es conocido aunque al llegar a Les Rodanes haremos un alto para contemplar el centro de interpretación de Les Rodanes y la Bassa Barreta, un paraje tan precioso como recóndito y que hasta hoy desconocíamos en detalle.







Ya hemos subido la primera rampa de Les Rodanes, tan dura como siempre, y ahora nos espera la segunda rampa antes de pasar los pilares que denominamos cariñosamente, “pilares de Hercules” porque parecen dar acceso a “nuestra” Rodana Gran. Llegados a este punto toca decir aquello de “chicos, aço va en serio”, pero no porque nos aceche ningún animal de cuatro patas, sino porque la escarpada subida que iniciamos al poco de traspasar sus lindes, nos anuncia lo único que vamos a encontrar en adelante hasta llegar a su cumbre, una tremenda subida. Toca pues ajustarnos los machos, respirar hondo y prepararnos para sacar lo mejor de nuestras entrenadas piernas a cada golpe de pedal, falta nos va a hacer.


A partir de aquí no contaremos nada nuevo, nada que no conozcamos de esta subida, tan solo ratificar el sentimiento de admiración que profesamos por esta montaña. Hoy ha sido en parte algo especial, ya que hemos repuesto nuestras mermadas fuerzas, tras recuperar el resuello, a pié de vértice, trasladando el peso que transportábamos en nuestras mochilas a nuestros famélicos estómagos, al tiempo de llenábamos nuestras retinas con la visión de algunas de las montañas en lontananza cuyas cumbres ya han sucumbido a la fuerza de nuestros pedales.

Hasta hoy nos hemos topado con cumbres más altas, más grandes, más largas, más míticas, pero.... no más duras. Esta montaña no solo ocupa el centro geográfico de nuestras rutas, sino también el de nuestros corazones.
No albergamos duda alguna de que en nuestras salidas recorreremos parajes nuevos y desconocidos mucho más bellos e impresionantes, pero si de algo estamos seguros es que por más cumbres que alcancemos, la culminación de La Rodana será siempre una victoria y como tal, inalcanzable.

Siempre nos permitirá coronarla pero jamás vencerla y por lo tanto, el reto de coronarla una y otra vez nos acompañará siempre y por esa sencilla razón, siempre volveremos. Hasta la próxima, vieja amiga.