Crónica fin de año (2024)
“Cuando más viejo te vuelves, más sientes que debes
disfrutar el presente; es un regalo precioso comparable a un estado de gracia.”
Marie Curie
Empezamos el nuevo año con la esperanza de que la salud continúe acompañándonos y que podamos disfrutar de multitud de rodadas con las mejores sensaciones, con el entusiasmo extra de haber cerrado un año 2023 de record absoluto en cuanto a salidas efectuadas, con el firme propósito y la esperanza de poder al menos, acercarnos lo máximo posible a esa histórica cifra en el que ahora comienza. Esto sería un claro exponente de que la vida nos sigue sonriendo en todos los sentidos y que las piernas habrán aguantado, potentes, los esfuerzos que la bicicleta nos demanda en cada ruta que efectuamos. Vamos pues a resumir lo que nos ha deparado el año biker.
ENERO
Iniciamos el 2024 con
temperaturas anormalmente suaves para la época, con mínimas por encima de los
7º, aunque con algún que otro pico de “rasquita”
como se dio el sábado 13 en el que salimos con solo 3,1º, temperatura que marcó la mínima del mes. Por lo demás, nada que matizar a no ser la poquísima
gente que nos encontramos los primeros días del año, derivados seguramente por
el efecto frío, las comilonas y la fiesta en general, circunstancias que hacen que el personal se resienta y le
cueste más salir “del sobre” a toque de diana.
El mes vino marcado por una
extraña salida en “viernes” que efectuamos la primera semana del año,
circunstancia que no habíamos repetido desde hace la friolera de 12 años, cuando
allá por el 2012 en un mes de abril, tuvimos que adelantar igualmente una
salida de sábado a Sant Miquel de Llíria a viernes, seguramente por alguna
especial circunstancia que no llegamos a recordar, suceso que no es nada
habitual en nuestra bendita rutina biker.
Por lo demás, nada destacable a no ser “la quema” de calorías extra ingeridas recientemente, por lo que ya sin polvorones, ni pastisets de boniato en la despensa, toca volver a la normalidad de nuestras rutas por la montaña y disfrutar del ambiente tranquilo que suele reinar metódicamente durante los inicios de años, conversando en la primera ruta sobre todo lo acaecido en las pasadas fiestas navideñas al igual que sobre los juguetes que nos deberán traer los Reyes Magos, ya que hemos sido muuuuuy buenos y hemos bebido muuuuucha cerveza, como todo buen biker que se precie debe haber ingerido durante el pasado año que ya es historia.
FEBRERO
“Febrerico” no fue “el corto” en ésta ocasión, sino algo más largo por ser bisiesto el
presente 2024. Y para seguir con las anomalías
del mes, habría que recalcar que ha sido un mes realmente especial en cuanto a
las temperaturas, ya que nos quedamos esperando la llegada del frio mañanero
que no paso de ser únicamente “fresquito”
en cada salida, pero que en ninguna de las 8 salidas realizadas a lo largo del
mes, bajamos de los 5º y pico de
principios de mes, sábado que marcamos la mínima del mes con esos 5,3º, nada
del otro mundo para las fechas en las que nos encontramos.
Por contra, el viento sí que
nos acompañó en varias de las salidas efectuadas, aunque sin pasarse si
exceptuamos el sábado 10 que nos metió cuneta con rachas por encima de los 40
km/h.
En general buen tiempo y sin amenaza de lluvia que sigue brillando por su ausencia. Por lo demás, rutas tranquilas y buenos avituallamientos con maravillosos cítricos de postre, que siguieron aguantando hasta final de mes, momento en el que empezamos a observar movimiento de recogida en los campos, claro exponente de que los postres se iban a terminar a no mucho tardar.
MARZO
La tercera salida de mes nos
sorprendió con el primer aguacero en ruta desde hacía mucho, pero que muuuuucho
tiempo a los pocos kilómetros de iniciar el pedaleo, lluvia que fue leve y nos
permitió llegar secos a “Ca Robert”,
donde por mera precaución, paramos a reponer fuerzas a cubierto por si las
moscas. Finalmente fueron cuatro gotas aunque pillamos casi cinco si contamos las de la
vuelta, donde la lluvia nos volvió a sorprender a poco más de un kilómetro de
llegar a la base, eso sí, sin llegar a incomodarnos lo más mínimo.
De cualquier forma, buen
inicio de mes a la espera de la primavera que todo parecía indicar que iba a llegar calentita, teniendo en cuenta
que como ha sido el invierno, el cual no se
ha dejado ver este año por estas latitudes.
Lo más destacable del mes fue
sin duda, la completa y absoluta desaparición de nuestra fruta preferida ya en
la primera salida de mes,( se veía
venir…) así que tocará esperar 8 o 9 meses para volverla ver y en consecuencia, poderla catar.
Por lo demás, poco comentar salvo las dos salidas en solitario de Salva ante la ausencia de Luis
en su habitual huida de las fiestas Josefinas y los 25º y pico del sábado 16, que obligo al “biker solitario”, a cambiar rápidamente el atuendo de invierno por
el de verano a fin de rodar en condiciones y no recalentar demasiado la
musculatura.
ABRIL
Llegados a este punto de la
órbita terrestre, las sombras fueron dejando de ser lo que eran, cuestión que ya
nos estaba avisando que el veranito se acercaba. Con el reciente inicio de
la primavera sumado al cambio de hora, las mañanas fueron algo más frescas a
primera hora, pero “Lorenzo” ya se
encontraba cerca de lo más alto y por lo tanto empezaba a incomodar algo más a la vuelta, por lo que
el equipaje de verano si impuso si o si, aunque algunos ya lo llevábamos
luciendo desde hacía casi un mes.
Destacable como cada año, el
fortísimo aroma de azahar en todas y cada una de las rutas de abril que fueron
8 de las 8 posibles (otro pleno y van 4…),
ya que los campos de naranjos estaban a reventar de flor y en consecuencia, el
potente aroma se dejó sentir por doquier, aunque de vez en cuando y con la
preparación de los campos de cultivo, “los
purines” también atacaron “de valent”,
nuestras pituitarias amarillas, en fin, es lo que tiene la primavera.
La foto mensual, cuyo “leitmotive” este año decidimos que
iban a ser los almuerzos, no se hizo
de esperar, y como viene siendo costumbre en los últimos lustros, la primera
semana del mes dimos buena cuenta de ello y quedó plasmada según lo previsto.
Por lo demás, el mes
transcurrió tranquilo a excepción de que aunque tuvimos suerte y no lo tuvimos
que ver en directo, dos incendios provocados uno muy cerca de la Masía
Cisterciense del Mas de Zampa y otro en la zona posterior de la Masía de Traver,
arruinaron sendas extensiones del Parque Natural del Turia a su paso por estas
zonas, incendios que aunque se atajaron a tiempo, han dejado su negra huella en
el citado paraje natural. En fin, es lo que hay, poco control, mucho
descerebrado y nula vigilancia en la zona, por lo que las consecuencias son más
que previsibles y el desastre está servido.
MAYO
El mes se presentaba a
priori tranquilo en lo meteorológico, por lo que las rutas se preveían placenteras,
con temperaturas suaves y sin extremos que nos permitieran rodar disfrutando
del paisaje a cada pedalada. Esto era lo previsto, pero si comentábamos tan
solo hace una semana el asunto de los incendios, mayo lo empezamos con otro
y en la misma zona del Parque Natural del Turia, esta vez aún más cerca de la
Masía de Traver, habiéndose quemado unas buenas hectáreas de terreno alrededor
de la urbanización y para más inri, incluyendo uno de los puentes de madera que cruzan el
cauce del rio, nefasta circunstancia que dejó cortado el camino en perjuicio de todos los
usuarios que por allí transitan; hasta que no acaben con todo no van a parar.
En otro orden de temas y en lo personal, la
avería en nuestro observatorio que venimos arrastrando desde principios de año,
continuó siendo entre otros muchos, uno de los temas “estrella” (nunca mejor dicho) de nuestras
conversaciones a ritmo de pedal. Destacar en cuanto a las rutas, el muy notable
aumento de las denominadas por nosotros “ibilke” que venimos observando últimamente, en
detrimento de los bikers “a pulmón” que todavía valoramos y mucho, lo que
supone este deporte de esfuerzo físico y superación que poco a poco y en vista
de la moda que se está imponiendo incluso entre el personal muy joven, a fecha de hoy está
dejando de tener el sentido de empeño, arrojo y voluntad que siempre buscamos los
bikers que nos resistimos a rodar “a pilas” por las montañas; y todo ello sin contar
con los que cariñosamente denominamos como “gili-bikers”, que con sus altavoces
portátiles inundan irrespetuosamente de vez en cuando, la paz que cabría
encontrar en los entornos naturales por los que solemos rodar, serán cosas de
los tiempos que corren.
Por lo demás, solo destacar
que el mes finalizó con un apretón de temperaturas el último sábado, lo que
nos vino a recordar nuevamente que el veranito se acerca definitivamente. En lo positivo, otro mes de pleno al 9
en rutas de las 9 posibles y seguimos pedaleando para bingo.
JUNIO
Sexto mes del año y en su centésimo quincuagésimo tercer día, es decir, el día 153 del año en curso por ser este 2024 bisiesto, nos marcamos la primera ruta en la que como de costumbre, nos tocaba pasear a nuestra nikoleta con tal de inmortalizar el primer almuerzo del mes, destacando en la imagen, el último de los "cuatro elementos" que faltaba por inmortalizar, elementos todos ellos tan habituales como necesarios en nuestras salidas de sábado.
A priori el mes se esperaba calentito, por lo que ya totalmente “desabrigados” en lo posible (plantillas térmicas fuera, ya que es lo único que nos podemos quitar J ), y preparados mentalmente para los meses de la canícula que ya se acercan, este año está por ver que sorpresa nos depara, seguramente nada bueno para nuestro deporte sobre todo en las horas de retorno a la base. De momento la primera salida fue un lujo biker, muchas nubes y una temperatura ambiente más que agradable, circunstancia que nos permitió rodar con una inesperada comodidad y estrenar el mes de forma placentera; ya veremos cuanto nos dura la alegría.
Continuamos con la suerte de
cara hasta la llegada del verano meteorológico, ya que con él, su primera
ruta fue sin duda la más dura en lo que llevamos de año. Los casi 32º de calor
sofocante al regreso marcó la tónica que salvo milagro, será lo que vamos a tener
durante muchos meses. En fin, habrá que hacerse el ánimo como cada año y
llevarlo con resignación, aunque finalmente no fue lo que parecía y “Lorenzo” se
mantuvo discreto y no apretó en general como el año pasado, así que tocó
celebrarlo semana tras semana con birritas fresquitas en la base como de costumbre. Finalmente
terminamos de nuevo con pleno de salidas y como el anterior mes, realizamos las
9 salidas posibles sin novedad. Esto funciona.
JULIO
Como siempre y llegados a
estas alturas del año, la montaña empieza a quedarse vacía de personal, debido
principalmente al “éxodo playero” que supuestamente sucede con la primera
operación salida, cosa que celebramos profundamente por la tranquilidad que
acontece en estas fechas en las montañas, (algo
positivo tenía que tener el veranito…), así que con la cautela habitual
para que el tío del mazo no nos pueda sorprender en cualquier momento en el
camino de vuelta, tratamos de hidratarnos lo mejor posible en cada ruta para
que “caloret”, no acabase por reventarnos
en cualquier momento.
Aunque con temperaturas
altas pero no extremas, el mes transcurría más o menos plácido hasta que nos
metió la primera HC el último miércoles de mes, que nos quedamos a tan solo 4
décimas de los 37º, la máxima del año hasta el momento, y nos dio un buen recordatorio de lo que es
pedalear en verano, así que paciencia y a esperar que pare ahí la cosa, que nos
quedan todavía muchas salidas de "solstitium" como para empezar a quejarnos.
Por lo demás, poco que
destacar, caminos cada vez más polvorientos ante la ausencia de un buen
chaparrón, cosa nada relevante a estas alturas del año.
AGOSTO
Y como cada año, el mes nos
complica los avituallamientos de los miércoles debido al cierre habitual por
vacaciones de nuestra terracita miercolera, por lo que este año decidimos variar las rutas a fin de buscar
nuevo emplazamiento donde calmar el estómago y sobre todo, refrescar el
gaznate, añadiendo algunos kilómetros para poder llegar a “les Civerines”, lugar ya conocido de
antaño y donde sirven unos bocatas muuuyyyy cumplidos, además de la birra más
fresca de todos los lugares que hasta el momento hemos visitado, así que no hay
discusión.
El problema se nos presentó
de nuevo cuando nos indicaron sus fechas vacacionales a mitad de mes, por lo
que vuelta a pensar en otro emplazamiento donde retomar fuerzas hasta que el día
23 podamos regularizar de nuevo la ruta.
En fin, cosas del verano.
El mes lo siguió liderando
por goleada el calor extremo, que nos dio poca tregua en las salidas, más y más
polvo en los caminos faltos de lluvia y como consecuencia, mucho sudor, aunque
como dice el refrán biker, “pedalear con
gusto no pica”, así que continuamos a la espera de que poco a poco vaya
bajando el sol y nos dé un respiro, que ya va tocando.
SEPTIEMBRE
La primera del mes nos cayó
en miércoles, con un cielo amenazante y aviso naranja en la previsión, lo que nos hizo plantearnos a primera hora si sería prudente salir a pedalear. Los dos litros caídos la madrugada anterior y
el aspecto del cielo al amanecer nos sembraron la duda, pero confiando en nuestra
particular “bikesuerte”, nos aventuramos a ganarle la partida una vez más a la
previsión y allá que nos fuimos desafiando al pronóstico. (algo temerarios somos, hay que reconocerlo), pero la cuestión es
que apetecía y mucho recordar la sensación de ciclar sin calor
ni sol en muchos meses, consiguiendo finalmente llegar a destino y avituallarnos
en la terracita habitual bajo un cielo cambiante que continuaba con la amenaza
de que no llegásemos secos a la base, pero como tantas otras veces lo conseguimos y
le ganamos nuevamente la partida a las nubes, repitiéndose la circunstancia
casi exactamente en la misma fecha del
pasado año en la que nada más llegar a la base, las nubes descargaron un buen aguacero. Nuestra suerte
biker nos había echado de nuevo "un pechito”; será cosa de meigas pero nos volvimos
a librar por los pelos, ya que solo diez minutos más y nos chopamos a tuti
plen.
No obstante, el calor todavía siguió
dando guerra, aunque cada semana se hizo más soportable a medida que
las sombras iban creciendo. Las rutas siguieron agradables a la espera de una
bajada definitiva de la temperatura que como siempre se hizo de rogar, es lo
que hay. Finalmente, cerramos las rutas de verano el penúltimo sábado de
mes, con una nueva amenaza de lluvia y esta vez sí que nos pilló, cosa que casi
nos resultó agradable debido al tiempo que hacía que no veíamos llover en ruta.
OCTUBRE
El otoño ya lo empezamos dos
rutas atrás con una agradable sensación de frescorcillo que esperamos prosiga
durante algunas semanas más sin tener que recurrir a la manguita de entretiempo,
cosa que no es preocupante ya que el primer miércoles de mes el sol
todavía nos dio el recordatorio de que nos podía “asar”, premiándonos con casi
32º a la sombra y eso que estamos en octubre; ahí te lo dejo.
Así pues, el mes lo iniciamos mejor que bien, con la primera salida en miércoles y por lo tanto con almuerzo de lujo en la terracita habitual y además, con “cascos nuevos”, porque ya tocaba jubilar (por aquello de la seguridad…),a los que en tantas rutas nos han acompañado y protegido.
El estreno de los citados
parecía haber llamado a la lluvia, porque semana tras semana poco o mucho los mojamos, y eso sin saber la que se nos venía encima, la riada del día 29 que
se llevó muchas vidas y dejó mucho dolor en nuestra querida terreta. En lo material
muchos fueron los daños ocasionados en general, y en lo referente a los
espacios naturales por donde solemos ciclar, reventó vallas, puentes y la mayor
parte de los caminos, destrozando todo lo que encontraba a su paso como ha sido
entre otros muchos lugares, el Parque Natural del Turia que ya es
historia. Ha dejado de existir tal y como lo conocimos, al
haberlo arrasado totalmente la riada.
Por nuestra parte la salida
del miércoles 30 fue tal y como esperábamos, y aunque tratamos de evitar las
zonas bajas y más conflictivas, pudimos comprobar a nuestro paso, los grandes y múltiples destrozos ocasionados alrededor de
las poblaciones cercanas, y como la fuerza del agua se impuso sobre cualquier asentamiento
humano que estuviese enclavado en sus dominios, llenando barrancos y acequias
por doquier y aumentando el caudal del Turia hasta niveles que no llegamos a
recordar, por lo que dedicamos la salida exclusivamente a investigar si
podríamos rodar próximamente por las zonas habituales, respuesta que fue
rotundamente negativa tal y como esperábamos, aún así lo intentamos pero a
pocos kilómetros de la base, nos pusimos hasta las trancas de barro y no
logramos llegar más allá de 10-12 kilómetros desde nuestro punto de partida, teniendo que abandonar ante la ingente cantidad de fango que
encontramos en la “baseta blanca”, circunstancia que ya veníamos apuntando meses atrás a medida que fuimos observando la evolución de las obras de acondicionamiento que se están
efectuando en la zona.
Esta especial circunstancia
nunca vivida desde que somos bikers, (ya
cerca de 30 años) nos obligó a variar tanto las rutas como los
trazados habituales, a fin de poder seguir teniendo acceso a algunos de los lugares
a los que solemos acercarnos en cada salida. Otra cosa serán los almuerzos de los miércoles en Benaguacil..., eso está por ver, pero de
momento esta zona ha quedado aislada y por lo tanto, cerrada a nuestro acceso
en bicicleta hasta que se acondicione de nuevo y sean reparados los puentes y
caminos que usualmente transitábamos.
NOVIEMBRE
El mes como era de esperar, empezó
con una primera salida complicada, buscando esas rutas alternativas que
planemos el mes pasado, buscando las zonas altas con la intención de
tratar de llegar hasta nuestro “remanso de paz” para avituallarnos como de
costumbre.
Finalmente lo conseguimos y
pudimos dar fe de como el agua había destrozado los caminos de montaña,
llevándose a su paso vallas, puentes, acequias, muros y todo aquello que el agua fue
encontrando a su paso, el desastre ha sido tan monumental como difícil de
imaginar. Un pequeño ejemplo sorprendente de nunca había ocurrido, fue el
desplazamiento de una mesa de pesados troncos que solemos utilizar, una clara
señal de que la lluvia en la zona fue tan intensa (> de 300 l/m2
en Villamarxant), cuestión que ratifica todo lo que pudimos ir viendo a
nuestro paso.
El mes transcurrió con
cielos grises, temperaturas algo más bajas y más y más lluvia, aunque eso sí, sin
mayores consecuencias que el arruinarnos la salida del segundo miércoles que
dio al traste con nuestra intención de calzarnos un copioso almuerzo calentito
a mitad ruta, al habernos calado hasta los huesos en la ida aún portando el
equipamiento oportuno para estas circunstancias, aún así, la intermitente
lluvia que nos acompañó casi desde que empezamos a pedalear, nos hizo
finalmente desistir a medida que pasaban los kilómetros de realizar una parada
a cubierto para almorzar, por miedo a quedarnos “pajaritos” tras el
avituallamiento, todo ello contando con que el regreso iba a ser realmente
incómodo por la persistente lluvia como así lo fue. En fin, por citar algo llamémoslo
positivo, fue el estreno de los flamantes “guardabarros” traseros, “debidamente
reacondicionados”, los cuales al menos nos evitaron la incómoda sensación de
“trasero mojado” y embarrado que sin ellos solíamos padecer en los días de lluvia, que aunque poquísimos, alguna vez nos
toca sufrir. Finalizamos el mes con una
salida marcada por una espesa niebla que se fue disipando a medida que pasaban
las horas, niebla que no impidió que pudiésemos divisar el postre que ya
colgaba de los naranjos y que a partir de ahora podremos degustar cada sábado
tras el almuerzo en la montaña. ¿Alguien da más?
DICIEMBRE
La primera del mes empezó con lluvia, aunque a la hora de la salida cesó
tal y como estaba previsto. En las siguientes rutas, la soledad en la montaña
fue notoria estas últimas semanas desde el trágico desastre ocasionado por la
DANA, ya que la mayor parte de los caminos continuaron reventados cuando no
cortados o inexistentes, por lo que hay que conocer muy bien la zona para poder llegar a cualquiera
de los lugares por donde solemos rodar habitualmente.
El par de litros caídos la noche anterior, nos dejaron los caminos casi
perfectos dentro de lo roto que está todo, claro, pero la primera ruta del mes
nos dejó a pié de “Civer” donde repusimos fuerzas a base de bocatas calentitos, birritas
fresquitas y cafelito como de costumbre.
En cuanto al tiempo, el frío no se hizo esperar demasiado, cosa que por
otra parte ya iba tocando a las alturas de año que estamos, así que la segunda
semana nos dio un buen latigazo para recordarnos que el invierno está al caer, por lo
que tocó abrigarse a tope con tal de soportar bien los 6º que sumados al 86% de
humedad relativa a las ocho de la mañana, nos puso a huevo el estreno de los
nuevos “peucos” neoprénicos de Castelli que teníamos preparados para la primera
ocasión, los cuales han resultado ser una bendición y nos han mantenido los
pies en modo incubadora.
A la primera ocasión que tuvimos, dejamos igualmente constancia gráfica de nuestras salidas a través de la foto mensual, y esta vez, celebrando como de costumbre las fiestas que se nos avecinan. Calendario completo para el 2025 cuyo “leitmotiv” como ya comentamos a principios de año, han sido los almuerzos en la montaña; ya van diez con el “atrezzo” navideño los que han cerrado nuestro particular calendario biker anual.
En la sexta salida del mes, salimos en otoño y almorzamos en invierno, así que tocaba disfrutar de los casi 89 días que nos quedan por delante de solsticio, período hibernal el cual esperamos sea benévolo y no apriete demasiado. Este año también volvimos a tener una “Rutabuena” y una “Rutavieja” al igual que ya lo hicimos en el ya lejano 2016, año en el que también nos tocó rodar tanto en la mañana de Nochebuena como en la de Nochevieja, cuestión que sumada a las "105" salidas realizadas este año, ( si,si, 105 y ahora toca cantar BINGO!) que completa un año de p… records difícilmente superable. No obstante, hay que destacar que en la última salida nos la ganamos a fuerza de pedal y voluntad, ya que nos chopamos pero bien; una fina lluvia y constante nos acompañó en la ida obligándonos incluso a tener que resguardarnos unos minutos en una caseta de labranza y regadío a fin de librarnos del fuerte aguacero que nos cayó a pocos kilómetros del Civer, bendito lugar donde finalmente llegamos algo maltrechos para reponer fuerzas, con las manos en modo "rigor mortis" pese a llevar buenos guantes. Lo que si que nos funcionó a las mil, fue el estreno de los "chubascascos", artilugio que logró mantener el calor y la cabeza seca a pesar de los muchos kilómetros bajo la lluvia. Con la experiencia, vamos mejorando año tras año la equipación biker; que lejos quedan aquellos pantalones de chandal y las zapatillas de tenis de los comienzos... J
Tocará pues celebrarlo como se merece y esperar que el próximo sea cuanto menos, lo más parecido posible y que podamos seguir disfrutando del pedaleo así como de las buenas sensaciones físicas que seguimos manteniendo desde hace más de cinco lustros.