Crónica
fin de año (2017)
La vida no se juzga por el tiempo, sino por los recuerdos de los momentos especiales que vivimos
Leonid S. Sukhorukov
Bien, pues otro año de pedaleo que ha tocado a su fin, aunque éste ha sido
un año de estabilidad (ciclísticamente
hablando…) porque como ya comentábamos el anterior, solo hemos quedado dos
de los cuatro bikers que durante mucho, que digo mucho, muchiiiiiiisimo tiempo
rodamos en el pasado, ¡¡ qué tiempos aquellos !!
En fin, es lo que toca, adaptarse o agarrotarse, y mientras tengamos salud,
fuerzas en las piernas y ganas de pasarlo bien pedaleando, esta va a seguir
siendo la tónica de este Roda i Pedal que sábado tras sábado continuará
dándole a las bielas mientras el cuerpo aguante.
Como ya es costumbre, la primera ruta del año y como no podía ser de otra
forma, fue “la cuesta de Enero”, es decir, la subida a la ermita
de la Virgen del Castillo en Chiva a visitar a SS.MM. los Reyes Magos, cuyos
imponentes monumentos nos aguardaban gélidos, en este primer sábado del año
2017.
Un sol radiante pero con un ambiente como decíamos, gélido, nos acompaño durante toda la mañana, que
culminó con una desagradable sorpresa, ya que cuando nos disponíamos a perpetuar nuestra visita al lugar como de
costumbre, observamos que nuestra querida y vieja “nikoleta” con la que tantas
aventuras hemos compartido, había pasado a mejor vida, cuestión que nos obligó
a improvisar la foto con nuestros móviles “vintage” para que al menos, pudiera quedar constancia de nuestra visita en el próximo calendario.
Por lo demás, todo perfecto y sin novedad.
El inicio del año también le dejó a Salva un pequeño parón pedalístico por
motivos quirúrgicos. Por fortuna, el maldito pólipo nasal paso por fin a la
historia, y de nuevo rodamos a placer como de costumbre y ahora respirando a
“tuti plen” ¡ que maravilla !, pero este año el frío continuaba instalado en
nuestro territorio, y las heladas se convirtieron en lluvias, las cuales nos
apearon obligatoriamente de la bici una semana de las cuatro que tuvo el mes,
cosa la cual no deja de ser novedosa en nuestra historia biker.
En Febrero el frío continuó dando
guerra, pero no impidió que rodáramos
con la normalidad habitual a lo largo de todo el mes y como no, la nueva “nikoleta” hizo su aparición a fin de
perpetuar la foto del mes y esperemos que muchas más.
Marzo ya apuntaba la incipiente primavera, y aunque con
charqueras, pudimos darle al pedal y disfrutar de los sábados que salimos, que finalmente
solo fueron dos, ya que por una parte le dimos esquinazo a San José y
nos marchamos de vacaciones unos días, pero lo peor fue que a la vuelta, a Luis
le dio “un viaje” el lumbago y lo tumbó (literalmente…)
una semana en la cama, por lo que nos perdimos rodada de final de mes por motivos
obvios. (que racha llevamos…)
Abril y ya con la primavera a cuestas, nos devolvió a
la normalidad, y nos deleitó como era de esperar, con los finos aromas de
azahar y el colorido de los campos, que parecía anunciar que “el caloret”
pronto iba a llegar, pero este año parece ser como los de antaño, donde el
fresco mañanero hace bueno aquel refrán de que “en abril, no te quites fil”, y
así fue. También los problemas físicos hicieron de nuevo aparición y una
bronquitis del 8, impidió que Salva rodara un sábado (continuábamos con la mala racha). Finalmente, terminamos el mes de
largo riguroso, con frío y una finísima lluvia el último sábado de mes, que
aunque no nos impidió rodar como de costumbre, por precaución, si que nos hizo
cambiar nuestro habitual lugar de avituallamiento.
Mayo se presentó poderoso, con aromas de azahar en el
aire, y con los achaques sufridos meses atrás totalmente superados; ¿frio? ; hasta el 30 de mayo no te quites el sayo?,
pues si, de hecho, hacía muchos años que a estas alturas de año todavía rodamos
con ropa de invierno riguroso, pero al final de mes el veranito apuntaba
maneras y la última semana toco cambio de equipamiento.
Junio empezó indeciso, pero el segundo fin de semana ya
nos mostró con crudeza que el Sol no iba a perdonarnos, cosa que no nos impidió
rodar como siempre y disfrutar de las mañanas “sabandeñas” al son de la buena
charla dándole al pedal y a la “mui” de lo lindo.
Julio y Agosto
fueron como siempre mortales en lo relativo al calor, y este año no iba a ser
menos. Siempre comentamos en ruta, sobre todo al regreso, que hay que tener
mucha afición o estar “muy locos” por no decir muyyy gilip….., para rodar por esos caminos desérticos con el
Sol en lo más alto cayendo a plomo (como
no puede ser de otra forma a más de 35 grados …), y eso que somos
escrupulosos a la hora de seguir los sabios consejos de la tele cuando dicen
los meteorólogos aquello de ….. “beber
mucha agua y evitar hacer ejercicio intenso en las horas centrales del día……”·
, de ahí que a eso de las 13:50 h., siempre estamos en la puerta de casa
finalizada ya la rodada semanal,
obediencia y cordura llevada al máximo de forma rigurosa, ¡faltaría más !, en fin,
corramos un tupido “bike-lo”
Bien, en los meses más calurosos rodamos con normalidad a excepción de la
semana vacacional en agosto, que uno por tierras Celtas y el otro por tierras
Vascas, fueron motivo del paroncillo que ayudó a recuperar fuerzas y retomar el
pedal con ganas y muchas cosas que contar,
eso sí, bien regadas con buenas
birritas fresquitas a gogó en la base, terminada la ruta de cada sábado como no
podía ser de otra forma.
Septiembre continuó caluroso, y aunque su primer sábado
amaneció fresquito y casi apetecía ponerse la térmica al salir, pero todo fue
un espejismo y “Lorenzo” siguió castigando de lo lindo, aunque eso sí, su ya
notable inclinación a mediados de mes, aumentaba las sombras y con ello, la
sensación de que algo estaba cambiando. Destacar que Salva volvía de nuevo a
renquear de sus problemas bronquiales, al igual que meses atrás, por lo que
tocó sufrir en las subidas más que de costumbre, ya que como todo buen biker
saber, el cm3 de oxígeno se vende muy caro en estas circunstancias.
Octubre y el incipiente otoño, doraban las hojas de los
árboles y tornaban el sol de un color invernal, aún así “Selene” continuaba con
su habitual atuendo, alegrando el regreso de todo biker que transite por esos
lares como hacemos nosotros cada semana, jejeje. (hay que ser de Roda i Pedal
para entender de que estamos hablando).
Rodamos semana tras semana sin atisbo de lluvias que ayudaran a mitigar la
sequía y aliviar los embalses que a fecha de hoy están en jake, pero así
terminó el mes, tal y como había empezado y nosotros todavía con la ropa de
verano.
Este mes también nos vimos sorprendidos en un par de ocasiones por la
“aparición” repentina de un Alb… digo de Kike, que nos acompaño en alguna
ocasión en la ruta de regreso recordando viejos tiempos y así de paso, salir en
la foto.
Noviembre comenzó al igual que terminó el mes anterior, por
lo que en la zona donde solemos rodar, cada día nos encontramos con más gente,
más perros, mas caballos, más basura…, debido sobre todo al buen tiempo, cuestión que
nos reduce drásticamente esa ansiada tranquilidad que buscamos en nuestro
ratito de descanso cada semana y bocata en mano.
El segundo fin de semana del mes nos obligó a ponernos de largo
irremediablemente; 10 grados de bajada termométrica en comparación con el
sábado anterior tuvieron la culpa, pero eso sí, a la vuelta nos molestó un poco
el atuendo.
La trama de la foto “bikereña” para este final de año nos mantuvo ocupados
muchos ratos y con ello, el buen humor se hizo patente. Ahora solo quedaba
esperar la fecha y acopiarnos del “attrezzo”
pertinente para la ocasión. El resultado está por ver, pero nos lo hemos pasado
pipa solo con los preparativos.
Y por fin llego Diciembre, el
ambiente ya olía a Navidad, las viñas vestidas de inverno y el viento helado de
la mañana, nos avisaba seriamente de que
“the winter is coming”, ¡¡ y por fin !!
, y así, el frío se hizo un hueco en nuestra querida “terreta” y terminó por despojar
definitivamente a los árboles de sus hojas, y con él, el momento de la foto navideña cuyo resultado
no ha sido otro que el esperado, como no podría ser de otra forma.
Como de costumbre y sin darnos cuenta, nos plantamos en víspera de
Nochebuena y por ende, las últimas vacaciones del año, lo que nos permitió
rodar algún que otro día en la semana navideña por “rutas salvajes”, al objeto
de poder cumplir tanto con las montañas, como con la familia en tan emotivas
fechas.
Y así ha pasado otro año de Roda i Pedal,
otro año más de buenos recuerdos, a la espera de que el venidero sea al menos,
tan bueno como el que acabamos de terminar, y con ello, poder seguir con
nuestra rutina biker, esa bendita rutina que nos ayuda a mantenernos en forma
tanto física como mental, porque como alguien dijo, “No se deja de pedalear cuando
se envejece, se envejece cuando se deja de pedalear”.
Bueno, y así quedó nuestro año pedalístico en miniaturas fotográficas, pero
si lo quieres ver en formato calendario y a mayor resolución, tendrás que venir
a tomarte unas birritas con nosotros, estás invitado.