Crónica fin de año (2023)
“Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra
riqueza”
Paul
Géraldy
ENERO
Tal vez algún día, ésta bitácora se convierta en un fiel aliado de
nuestra memoria colectiva, convirtiéndose en un estimulante ejercicio que nos
ayude a sobrellevar esos tiempos que seguramente y muy a nuestro pesar han de
llegar, esos tiempos en los que las piernas nos planteen su definitiva e
innegociable negativa a pedalear, pero mientras llegan, trataremos de seguir
rodando y disfrutando cada semana en la medida de lo posible de nuestra dosis
de adrenalina y diversión, aderezada con un pellizco de aire puro y una buena porción
de camaradería que nos mantenga en forma de manera tan placentera como
deleitable, dándole de lo lindo a los pedales.
Pasado ya el vigesimoquinto aniversario de Roda i Pedal, comenzamos de pleno una nueva época, una nueva etapa
la cual deseamos y esperamos sea duradera, período que seguramente estará
marcado a medida que vaya transcurriendo el tiempo, por profundos cambios en
alguno de nosotros. En el presente año, la obligatoriedad del trabajo quedó
atrás para uno de los integrantes del binomio, dando paso a ese tan merecido
como dulce y apacible descanso de la que hasta hace tan solo unos días, venía
siendo la “rutina” durante más de 43 años, así es nada… . Ahora el reto es aguantar
marea para que el otro componente del equipo, pueda llegar a este mismo punto y
poder celebrarlo a lo grande.
Puestos en antecedentes y empezando un nuevo año, volvemos como de
costumbre a pedalear por caminos y senderos de montaña, esta temporada con un posible
objetivo a la vista, que no es otro que el intentar batir el record de Roda i Pedal en cuanto a salidas
realizadas en un mismo año se refiere, ya que la ruta de los miércoles podría
incluso llegar a enquistarse en nuestra “bendita rutina”, otorgándonos una
dosis extra de disfrute al poder mantener en la lata a nuestro fiel amigo y
profesor de spinning “Nachete”, rutas “miercoleras” que además planeamos que
cuenten con el aliciente de incluir sus avituallamientos
de lujo, esos que reducen el peso de las mochilas y reconfortan tanto el
estómago como el gaznate. No pedimos más, (de momento).
El mes comenzó con temperaturas y ambiente a medio día casi primaveral, cuyos valores muy poco a poco se fueron encauzando en busca de temperaturas acorde con la época, mínimas que aunque incómodas a primera hora, ya iba siendo hora que hiciesen su aparición. Y así lo hicieron pasada la primera quincena, bajando notoriamente a finales de mes y dejando un ambiente tal vez algo demasiado gélido para estas tierras. Ejemplo de lo comentado fueron los 1,8º del sábado 28, aunque por otra parte y por fortuna sin gota de lluvia durante todo el mes. Como bien sabemos los bikers, el frio se combate con un buen equipaje y dándole fuerte a los pedales, aunque en los almuerzos de los miércoles no nos vendría nada mal “una mantita” o unos “peucos calefactados”, ya que en la terracita habitual donde nos deleitamos de un espléndido almuerzo calentito, hace un frio del copón. En fin, como nos decían de pequeños, “tot no es pot tindre xiquet”, así que hay que quejarse lo justo porque hemos empezado el año con dos rutas a la semana y eso no está al alcance de muchos bikers.
FEBRERO
Febrero nos dió frio de lo lindo, con
mínimas muy poco por encima de los 4º a la salida de la base y con lluvias de
regalo en la segunda semana, lo que nos obligó a abrir la lata de Nachete el
miércoles 8 debido a que no valía la pena rodar y padecer las inclemencias
climatológicas en ruta de un día de perros y mucho menos tener que almorzar
mojados y al raso.
Pasado el temporal, volvimos a la rutina y
ciclamos con tranquilidad acompañados por los aromas que emanaban de la tierra
mojada, eso sí, con el frio normal para esta época del año, aún así las rutas resultaron
plácidas y agradables aunque algo frías
a primera hora, destacando que cada vez más nos encontramos con bikers que
lucen “barbas plateadas” sobre todo en esta época de frio intenso, circunstancia
que parece indicar claramente que la juventud no se anima mucho con este
deporte y menos con temperaturas “incómodas”, o tal vez pudiera deberse a que
los más jóvenes únicamente salen a competir, debe ser eso… .
MARZO
El mes de “Sant Josep” vino marcado por la
anomalía meteorológica del año (hasta el
momento), que fue una súbita y anormal subida de temperaturas pasada la
primera semana del mes, con el termómetro marcando casi los 25º en la salida
del miércoles 8, y culminando por si no habíamos tenido bastante, el sábado 11
con 28º a la sombra, cuestión que nos obligó a cambiar a la vestimenta
veraniega más rápido que inmediatamente, a fin de no recalentar motores y
evitar una “HdC” del 8.
Las temperaturas a medio día se
mantuvieron excesivamente altas casi hasta finales de mes, suavizándose las
máximas y bajando notoriamente las mínimas a los niveles habituales de la época
pasada la primera quincena, aunque todo parecía indicar que ya no nos
volveríamos a poner de largo hasta bien entrado el otoño.
El mes continuó tranquilo hasta el final, con nuestras salidas de los
miércoles únicamente interrumpidas (a
medias…) en la semana fallera, ya que Luis se tomó los días de rigor en
estas fechas y Salva no tuvo más remedio que rodar en solitario a fin de tratar
de mantener el listón lo más alto posible y no perder el ritmo ni la costumbre,
eso sí, con los excesos habituales y “animalades sense goteta de coneiximent”,
vista la ausencia del más sensato, jajaja, en fin…, cosas de bikers.
Y con la llegada de la primavera, casi se terminó
el mes y con él, el postre que nos había acompañado en las rutas de los sábados,
ya que el preciado manjar de nuestra querida “terreta” desapareció como por
encanto hasta de los campos cuya recogida solían hasta la fecha abandonar, lugares
por los que solemos transitar habitualmente. (este año ni tan siquiera
quedaron necro-naranjas) . Ojalá que a final de
año podamos volver a capturarlo en ruta, sería una buena señal.
ABRIL
Y con el mes llegó puntual en su primera
cita, el fuerte y delicado aroma de azahar con el que nos premia cada primavera
en sus inicios, fragancias que se mantuvieron intactas durante las 9 salidas
que realizamos este mes.
Una temperatura ya del todo primaveral y agradable,
unida a la calma climatológica de cada salida, dotaron a las rutas de un
especial y placentero ambiente que con buena charla como de costumbre, hicieron
realmente satisfactorias todas y cada una de las rodadas en la estación de las
flores.
Este año con cuatro festivos en lunes por
delante, el mes se presentaba más corto que de costumbre, y esta particular
circunstancia supondría previsiblemente un notorio incremento de personal de
todo tipo en la montaña, creando cierta incomodidad para los que nos gusta
gozar de la naturaleza en soledad y respirar paz en la montaña, y como era de
esperar no nos equivocamos… , pero no quedaba otra y tocó resignarse, así que
“ajo y agua”.
Aún así, dimos buena cuenta cada miércoles
en nuestra terracita benaguacilera, con sus magníficas viandas bien regaditas
con birritras fresquitas y sus “cacauets i olivetes”, sin faltar el “cafenet” como
mandan los cánones, para terminar de cargar pilas y regresar a la base.
MAYO
Por fin amainó la multitud en la sierra, y
con el mes, volvió la tranquilidad a la montaña. Libres ya de caminantes extra,
jinetes y excursionistas de ocasión que nos agobiaron un poco el mes anterior,
rodamos como de costumbre con buen tiempo y ya totalmente veraniegos en cuanto
a la vestimenta, ya que el sol a mediodía se hizo de notar a partir de la
segunda quincena del mes. Aunque sin ser destacable, citar que tuvimos nuestro primer “momento perro” del
año, ya que cuatro canes “grandotes” y de ladrido fácil (uno de ellos con aspecto amenazante), nos dieron la bienvenida en el remanso de paz
el tercer sábado del mes, menos mal que nos tranquilizó saber según sus dueños
nos vociferaban al paso que “no hacen
nada”, claro; no faltó la usual frase lapidaria que todo dueño de cualquier
can que se precie pronuncia de inmediato, frase que seguida de un simple
“buenos días”, un “hola” o incluso un “que aproveche” hubiese quedado mucho
mejor, pero todo no se puede pedir, en fin…, es lo que hay.
Las salidas en sábado las terminamos con
amenaza de lluvia, la cual nos intentó mojar levemente a la vuelta y sin
mayores consecuencias el último sábado del mes, no así las de los miércoles, sin una gota y con el
día 31 pasadas ya las municipales y autonómicas, en las que todavía pudimos
disfrutar de la alegre cartelería político-propagandista que pendía en calles y
plazas para que la fiesta no decaiga, faltaría.
JUNIO
El mes que marcaba el ecuador anual llegó como es habitual en la terreta,
con buen tiempo asegurado, aunque no nos agobió demasiado en las sucesivas salidas
a causa de livianas nubes altas que amortiguaron un poco la ya importante
radiación solar. Las sombras habituales se volvieron poco a poco más esquivas y
cortas, por lo que el “segundo/sombra” se pagaba muy caro si es que nos
encontrábamos alguno a nuestro paso.
El “biker-bilado” se dio un
respiro de rodar a mediados de mes, ya que este año le tocaba celebrar su
jubileo a lo grande y en familia por tierras del tío Sam, así que esta vez, se quedo
dándole a los pedales Luis como reserva del grupo para mantener el listón en su lugar adecuado.
Rodar en el mes que se inicia el verano resultó finalmente más placentero
que de costumbre, ya que aunque acabamos con calor a raudales y sin compasión
en las dos últimas salidas, (cuestión que
por otra parte era de esperar) podría haber sido peor, así que no nos quejaremos
pues seguramente lo peor estaba todavía por llegar y el “tío del mazo” siempre
está al acecho, sobre todo durante estos meses.
JULIO
El primer día del mes coincidió con el primer sábado de ruta, por lo que
no hubo más que rodar a placer con la esperada charla sobre los lugares
visitados recientemente por el jubileta & family, y de paso, distraernos
con las anécdotas vividas a fin de
amenizar los kilómetros y llegar al lugar de avituallamiento casi sin darnos
cuenta y sin pensar en la temperatura ambiente. Además, el primer sábado tocaba
la foto habitual del mes y no convenía alargar mucho la sobremesa mañanera,
pues Lorenzo esperaba impaciente aplicar su martirio en caso de descuidarnos y
sobrepasar mínimamente las horas centrales del día…
El mes de la canícula por excelencia nos brindó, como era de esperar,
calor a raudales, mucho “bikegolito” en los senderos y altísimas
temperaturas, y aunque hubiese podido ser peor al haber rodado muchos días con
intensas calimas y cielos enmarañados como el mes anterior, a medida que
avanzaba el mes el castigo fue obviamente “in crescendo” como era de esperar,
en fin, peor lo pasan los del tour ¿no?, jajaja.
No obstante, los silencios en las rutas de vuelta en algunos momentos
denotaba a las claras, la inconsciente búsqueda de ahorro energético ante las
desmesuradas temperaturas que soportamos en algunas de las rodadas, con la
búsqueda de “diagonales” imposibles al divisar cualquier sombra por pequeña que
fuese a fin de aprovechar esos pocos segundos-sombra, claro exponente de la que
nos estaba cayendo encima sobre todo en el transcurso de los regresos a la
base, con la idea fija del premio que nos esperaba como de costumbre a pocos
kilómetros, y cuyo pensamiento único parece que le “echa un pechito” aunque sea
virtual, al sufrido cerebro, que bajo el casco imagina un constante “espejismo
cervecil” seguramente abalado por la imagen de unos botes de cerveza helados
que ante nuestro impetuoso deseo, deben reflejarse en nuestras retinas, todo
ello para aguantar lo mejor posible la sofoquina.
AGOSTO
Visto lo visto el mes pasado, todo
indicaba que íbamos a seguir con la misma tónica en cuanto al sufrimiento
calórico se refiere, cuestión que nos hizo elucubrar en ocasiones sobre el
futuro cada vez menos lejano, de si tardaremos muchos años en poder seguir
saliendo en los meses más intensos de calor, a lo que hay que añadir la
esperanza de que las zonas de montaña por las que solemos rodar, se mantengan
verdes y por lo tanto, libres de pirómanos descerebrados. Toquemos madera ( como siempre de pino, claro…).
Las rutas fueron sencillamente infernales
de principio a fin durante el que fue un tan tropical como tórrido mes. De las
nueve rutas que nos marcamos, las máximas no bajaron de los 33º con mínimas a
la salida por encima de 25º, si exceptuamos el miércoles 30 al que le faltaron
6 décimas de grado para llegar a los 30º, (todo
un lujo…), ahora bien, para compensar el regalo, tuvimos dos miércoles de
38.5º en los que ni el parón del almuerzo ni las cervecitas frescas nos
sirvieron para reducir el calentón, sin olvidar la humedad relativa en el ambiente
por encima del 80% que dinamitó la posibilidad de detener la sudoración
constante y la sensación de bochorno durante cada minuto de pedaleo.
Fue otro mes de record en cuanto a salidas
(9 de 9 posibles) y también en cuanto
a temperaturas y noches tropicales, en fin, es lo que hay y peor que no venga,
seamos optimistas.
SEPTIEMBRE
Y como por arte de magia, septiembre nos
premió en su primera ocasión de rodar, con un sábado nublado aunque
extremadamente amenazante que nos mantuvo en vilo la noche anterior. El aviso
firme de “Dana” se nos venía encima en pocas horas y la predicción nos dejaba tan
estrecho margen como para estar intranquilos.
Decidimos salir finalmente sobre la marcha
y vistas las condiciones que presentaba el cielo apoyados como siempre por la
previsión meteorológica de las 8 de la mañana, apostamos por jugar fuerte y
arriesgar al máximo. Aún así, cargamos con los almuerzos y avituallamientos
usuales por si sonaba la flauta, y sonó.
La ruta fue más que placentera, con aromas
que ya ni recordábamos. Un ambiente fresco y un firme en buenas condiciones, nos
permitió llegar a Ca Robert ( uno de
nuestros puntos de parada cuando las cosas se ponen feas), y almorzar con
tranquilidad; incluso pudimos disfrutar unos minutos tomando café tras el
almuerzo y a cubierto, de la tormenta que se precipitó rauda y el fuerte
aguacero con viento racheado que se nos vino encima en un visto y no visto, situación
que solo duró unos minutos y que milagrosamente cesó por completo al termino
del descanso, lo que nos puso en bandeja de plata el regreso pasada la tormenta
y volver sin lluvia hasta nuestra entrada en la base, momento en la que se lió
de nuevo y cayeron más de 30 l/m2 en poco más de 10 minutos. De
nuevo las hadas del bosque nos protegieron una vez más.
El resto del mes rodamos con tranquilidad
y por fin, con temperaturas soportables y acordes con la época del año. Todo parece
indicar que el “bikegolito” de los caminos,
se ha terminado por este año.
Para ir finalizando el mes en el que por
motivos de fuerza mayor tuvimos que cambiar las salidas intermedias de los
miércoles por los martes, nada más destacable que la efeméride del 23 en la que
se nos echó encima el otoño al poco de salir de la base, así que cambiamos de
estación pedaleando que es como mejor podemos darle una buena bienvenida biker
al nuevo equinoccio.
Nada más que objetar en las dos rutas ya
otoñales que restaban tras la entrada del otoño, ya con temperaturas
definitivamente más amables. Solamente destacar un nuevo pleno de 9 salidas/mes
(y van 76…) en las que nuevamente nos
libramos como de costumbre, de los 37 días de lluvia que hemos tenido durante los
nueve meses que ya llevamos este año. ¿Alguien da más?
OCTUBRE
Como cada octubre, el alargamiento
definitivo de las sombras se hizo notar desde principios de mes, aunque “el
fresquito” no llegó hasta la tercera semana en la que ya lucimos camiseta fina
de manga larga bajo el habitual maillot veraniego, aunque con culotte corto,
claro.
El viento también hizo su habitual
presencia en estas fechas, aunque no se portó del todo mal en ninguna de las
salidas realizadas.
Los caminos nos acogieron amables como de
costumbre, con los viñedos ya caducos y los naranjos hasta no hace mucho en
flor, ahora ya con su fruto apuntando maneras, lo que nos indicaba claramente
que pronto podremos gozar de tan preciado postre en nuestras paradas de avituallamiento de los sábados.
Poco más que destacar a no ser la
interrupción hasta nueva orden de las salidas en miércoles, por lo que el
equipo de Bestcycling nos volverá a machacar
como de costumbre cada miércoles, eso sí, manteniendo nuestras piernas y
pulmones en plena forma a golpe de pedal estático; no queda otra de momento.
NOVIEMBRE
El mes en curso y su ya clásico veranillo
de San Martín no faltó a la cita. De nuevo las elevadas temperaturas para la
época en la que nos encontramos, hicieron acto de presencia y aunque con el
incómodo viento como referencia durante buena parte de las salidas del mes, las
mínimas volvieron a estar en su primera quincena por encima de los 15º, con
máximas superando los 23-24º, cosa que cambió de repente como era de esperar en
la última semana del mes, donde ya tuvimos que lucir el equipaje de invierno a
tuti plen; un poco más y nos plantamos en fiestas todavía de corto, (todo se andará, y si no al tiempo…)
La falta de lluvia empezaba a hacerse
notar en la montaña, sobre todo en los caminos, a tenor de la polvareda que
vamos creando a nuestro paso, que aumenta notoriamente en las bajadas y nos obligaba a mantener un centenar de metros de distancia a fin de evitar que el
de atrás, parezca un obrero del caolín.
Por fortuna y a final de mes, ya pudimos retomar nuestra habitual ruta de
los miércoles tras casi dos meses en sequía, pudiendo darle esquinazo al
estático y cansino Nachete y disfrutar de nuestro típico almuerzo a media ruta, todo un
lujo oriental al alcance de muy pocos.
El último sábado del mes lo celebramos
“con postre” tras el almuerzo, ya que los cítricos ya colgaban como
maravillosos adornos multicolores, por lo que hay que aprovechar la cosecha
mientras dure.
DICIEMBRE
La última foto para el calendario no se
hizo de esperar, por lo que no nos la jugamos y recién estrenado el mes y con
el atrezzo navideño preparado en la mochila, nos dispusimos a inmortalizar el
momento en alguno de los lugares de las montañas por las que transitamos, lugar
cuya ubicación únicamente conocemos nosotros y que por supuesto, no se nos ocurrirá
enviar a nadie no vaya a ser que se nos llene de curiosos.
El mes prometía de nuevo, ocho salidas de
las nueve posibles de las que cinco serían en otoño y las últimas tres, ya en
invierno, por lo que a priori pintaba de categoría y de poder terminarlo sin
imprevistos, este año habríamos batido tal y como ya preveíamos allá por el mes
de enero, todos los records en cuanto al número de salidas en la historia de Roda i Pedal, ya que nunca en estos
26 años que llevamos de pedaleo continuado, habíamos rodado en un mismo año un
total de 25 x 3 veces o
lo que es lo mismo, en ”XCVI ocasiones”
o dicho de otro modo, el penúltimo día del año realizamos la “nonagésimo sexta” salida, ,si,si, el
26,6% de los días del 2023 nos hemos subido a la burrica a pedalear, así pues y
expresado finalmente en números cardinales, habrán sido noventa y seis (96) las ocasiones en las que hemos ciclado
este mismo año (44 salidas entre semana y
52 salidas de sábado), es decir, 1 de cada 4 días hemos disfrutado de la
bici, (ahí te lo dejo, solo iguálamelo…);
un año éste que ha sido tan redondo como las ruedas de nuestras bicis en el que
únicamente hemos tenido un día de lluvia en una mañana traicionera de miércoles
(ocho de febrero para más señas), en
el que la mayor parte de los 25,2 litros por m2 de lluvia recogida a
lo largo de toda la jornada, estaban cayendo en el momento que nos disponíamos
a salir, en fin, vistos los números totales creo no procede quejarse ¿verdad?.
Eso sí, el mes terminó con frio del bueno en las tres últimas rutas
coincidiendo con la llegada del el invierno, aunque con un sol reparador y un
tiempo espléndido a media mañana, si a esto le sumamos que no tuvimos ningún
susto importante y ninguna caída ¿que más podemos pedir?
Pues este ha sido el breve resumen lo que
nos ha regalado (y damos fe que ha sido
mucho) este 2023 que ya agoniza en lo relativo a esta afición nuestra de
pedalear y subir y bajar montañas, un año bastante tranquilo y sin sobresaltos
de ningún tipo que nos ha permitido disfrutar de lo lindo en los más de 4700
kilómetros recorridos con la única espinita de no haber podido llegar a las
100 salidas por muy poquito…J, ¿tal vez el próximo
año?, ya se verá. Ojalá las piernas, los pulmones y “la patata” nos dejen al
menos intentarlo, lo firmábamos con cerveza ya.
Roda i Pedal ©